Ascensión a los picos que forman el Circo de Troumouse partiendo del parking del circo.
La idea era el realizar el cresterío completo del Circo comenzando en el Puerto de la Munia y finalizando en el de la Sède cabalgando sobre varios kms de aguda arista.
A las diez de la mañana, después de haber pernoctado en la Cabaña de la Virgen, situada a escasos metros del parking del Circo, ya estábamos en el Collado de la Munia contemplando los lagos homónimos y el pico de Robiñera.
Afrontando el agudo tramo final de la arista antes de llegar a la cima. Al fondo el Macizo de las Tres Sorores nos saluda.
Sin más problemas llegamos a la cima de La Munia (3.133 m).
Un vistazo a lo que nos queda todavía...
Ya hemos dejado atrás La Munia y la Pequeña Munia, y el subir hasta Sierra Morena es un sencillo paseo.
No ocurre lo mismo con su vertiente norte, donde aparece un corte de unos 20 metros . A pesar de que había colocados seguros para rapelar, destrepamos este tramo vertical e impresionante.
Ya van quedando atrás La Munia y las demás cimas ascendidas...
Sin más complicaciones, llegamos a la cima del Troumouse (3.085 m), con su "bonito" trípode como vértice.
A partir de ahora, el terreno se complica y debemos de atravesar uno de los pasos más aéreos de toda la cordillera.
Haciendo equilibrios por la arista...
Teniendo los Lagos de Barroude a nuestros pies.
Dejamos atrás este paso.
Y enseguida llegamos al Pico Heid (3.022 m).
Un vistazo al fondo del circo.
Ya sólo queda el ir perdiendo altura por una descompuesta ladera.
hasta llegar al Pico de Gerbats que bordeamos por su vertiente occidental.
Este tramo fue el más "peliagudo" de toda la travesía. Hay que atravesar un estrecho sendero justo por encima de unas canales-tobogán que llevan directamente al fondo del circo, varios cientos de metros por debajo. En la foto se ve bien, el sendero: va justo por encima de la roca blanca. No hay forma de asegurar el paso, por lo que hay que atravesarlo con pie muy seguro.
En esta foto se aprecia mejor el sendero...
Y en esta otra, sacada desde el fondo del circo, se aprecian los toboganes anteriormente comentados.
Una vez atravesado este peliagudo tramo llegamos al Col de la Sède.
Un vistazo desde el collado a todo el cresterío recorrido:
Ya sólo nos queda el descender por las pedreras del collado hasta el fondo del circo, y atravesar este inmenso anfiteatro hasta llegar de nuevo al coche después de diez horas de gratificante actividad.