Ascensión en solitario a los Picos de Muela y Diente de Alba, los Picos Occidentales de la Maladeta y el Pico le Bondidier desde el Aparcamiento de la Besurta.
Croquis del recorrido:
A las cinco de la mañana salgo de casa y llego a las nueve y pico a Benasque, donde tomo el autobús en el Vado del Hospital que me llevará hasta La Besurta, comenzando a andar a las diez y pico de la mañana. Hace un día espléndido y no hay peligro de tormentas según la meteo.
A las 10:40 llego al Refugio de la Renclusa
Continúo la ascensión y al llegar al Ibón de la Renclusa, todo el panorama del Macizo de la Maladeta se me aparece delante:
El proyecto inicial era el acceder al Collado Inferior de Alba, situado a la izquierda de este pico, por lo que enfilo hacia él, siguiendo la bien señalizada senda
Durante este primer tramo no hay problemas en seguir la ruta: se trata de un buen camino de tierra que va ganando altura por los pequeños prados que sobreviven en este territorio granítico.
Pero a medida que vamos ganando altura, el terreno se vuelve caótico, y es preciso fijarse bien en donde están situados los siguientes hitos para atravesar este laberinto de roca.
Por fin tengo enfrente el collado al cual debo acceder:
Una vez superado todo este territorio pétreo, me calzaré los crampones para acceder a esa "pendiente de roca inestable" que cita Alejos en su Guía Montañera para acceder al Collado Inferior. Le propone una dificultad de F.
Visto de lejos parece cualquier cosa menos fácil:
Supero la nieve de la chimenea, y compruebo que la continuación, tal y como pensaba, no tiene nada de fácil. Es un terreno vertical, la roca está suelta, y decido no arriesgar.
No tengo más remedio que perder altura y atravesar por esta vertiente los Picos del Diente y La Muela de Alba hasta enlazar con el sendero que se dirige hacia el Collado de Alba.
El tramo final de acceso al collado es una empinada ladera de roca descompuesta en la cual es imposible avanzar tres pasos seguidos sin que se desmorone todo.
Por fin llego al collado (14:30), donde permaneceré un buen rato reponiendo fuerzas y descansando de la ascensión. El Pico de la Muela lo tengo justo encima.
Dejo la mochila en el collado, cojo una riñonera con agua, comida y el gps, y comienzo la trepada por la arista. Es sencilla en su inicio y en su parte final hay que ir sorteando unos grandes bloques de granito teniendo que utilizar las manos de vez en cuando.
Muela de Alba (3118 m). Desde la cima (nº 163) a la cual se accede en diez minutos desde el collado, un vistazo atrás me permite comprobar los picos que voy a tener que ascender después.
He señalizado el recorrido seguido:
En esta fotografía se aprecia mejor la bonita aguja que forma la cima.
Tal y como se aprecia en la foto anterior, para dirigirnos hacia la cima del Diente de Alba no se puede continuar por la arista, ya que varios cortes nos impiden el paso. Es necesario perder altura y atravesar por el sur el cresterío hasta que podamos acceder de nuevo a la cresta. El recorrido está bien señalizado con hitos. Este es el tramo final de la ascensión. A la izquierda se aprecia la cima:
Por fin llego al Diente de Alba (3136) (14:55) (nº 164) desde donde fotografío el Pico de Alba
Otro día habrá que volver a visitarlo, pero esta vez desde el desconocido para mí Barranco de Alba.
Vuelvo al collado, pero esta vez bordeando las cimas por un sendero balizado con hitos sin apenas ganar altura y comienzo la ascensión a los Picos Occidentales de la Maladeta.
Voy ganando altura por la derecha del cresterío. Un vistazo atrás a los picos ascendidos:
Antes de llegar al final de la arista es preciso desviarse hacia la derecha para evitar de esta forma la parte más complicada de este tramo, pero antes me asomaré por una repisa a la izquierda para fotografiar la Punta Delmás. Vista de aquí impresiona...
Llego al nudo de aristas, donde dejo la mochila y comienzo el descenso hacia esta cima. No es tan complicada como parecía en un primer momento, y aunque hay que superar pasos muy aéreos, la excelente calidad de la roca en los pasos más complicados hace que se disfrute de la trepada.
La cima vista desde inmediaciones de la brecha. Los pasos más complicados se sortean por la derecha de la arista.
Llego a la cima. Punta Delmás (3158) (15:55) (nº 165) y disfruto de las vistas:
Los picos que tengo que ascender todavía...
Los que he ascendido:
Un tresmil que aunque alguno se empeñe, no cumple un requisito para ser incluído en el listado oficial de tresmiles del Pirineo (los diez metros de prominencia entre la brecha/collado y la cima), la mal bautizada como Torre Cordier. Ya en el siglo XIX había sido bautizada como Table (Mesa) de la Maladetta por Eugène Troutat. La verdad es que desde esta perspectiva, el nombre de mesa, le viene que ni pintado.
Vuelvo a subir a recoger la mochila, y me acerco al paso de hombros por el cual se accede a la cima del Pico Mir. Para ello, hay que descender a una brecha y desde ella escalar este corto paso al cual Capdevila propone una dificultad de V+/6a.
Demasiado para mí, por lo que vuelvo a ganar la arista y tras perder de nuevo altura por una descompuesta ladera señalizada de vez en cuando con hitos, penetro en otro descompuesto corredor por el cual alcanzo el collado que separa esta cima del Pico Sayó.
Vuelvo a incluir la foto del recorrido:
La arista que une este collado con la cima es impresionante, pero afortunadamente, la vía discurre por su izquierda y no presenta dificultad.
Pico Mir (3176) (16:50) (nº 166)
Un vistazo al collado por donde he subido y a las siguientes cimas. Dos montañeros asoman descendiendo del Pico Sayó y nos saludamos desde la distancia.
A pesar de que podría ascender por la arista occidental al siguiente pico, decido bordear la descompuesta ladera hasta llegar a una horcada (17:25), y evitar de esta manera el andar cargando con la pesada mochila. El horizonte se amplía:
Vuelvo a dejar la mochila y ya más ligero, comienzo a ganar altura rapidamente.
A las 17:40 llego al Pico Sayó (3211) (nº 167).
Un vistazo atrás para ver los picos ascendidos hasta ahora:
Tras un rato de descanso, bajo al collado que separa esta cima del Pico Cordier. Hay construído un buen vivac con piedras y se aprecia un empinado corredor de roca descompuesta y nieve útil como vía de escapatoria/ascensión hacia el Glaciar de la Maladeta.
La ascensión a esta última cima de esta cresta no presenta ninguna dificultad, y es la menos aérea de todas las cimas de la jornada. Se trata de ir ganando altura por una descompuesta ladera de piedra señalizada con hitos
Ya queda menos...
Por fin. Pico Cordier (3263) (18:15) (nº 168). Ahora hay que disfrutar de las vistas: La Maladeta, Pico Maldito, Arista de Cregüeña, el Vallibierna al fondo...
El continuar el cresterío hacia La Maladeta supone afrontar pasos de escalada (AD) para superar varias agujas que podrían cumplir los requisitos para estar incluídas en el listado de tresmiles oficiales. Así se ve este tramo de cresta desde Le Bondidier. Algún día habrá que ir para allí
Lo dejaremos para otra vez. Entre el tiempo perdido en el Collado Inferior de Alba y en la subida/bajada de los picos, y sobre todo el cansancio acumulado, hace que decida abandonar el proyecto inicial que era haber llegado hasta La Maladeta. Pierdo de nuevo altura y me encamino hacia el último tresmil de la jornada, Le Bondidier
Pierdo altura hasta llegar al Collado de Cordier, un poco más abajo de donde dejé la mochila
La ascensión a este pico es el más complicado de todos.
Hay que superar dos agujas hasta llegar a la tercera, donde está situada la cima. En algún momento, es fácil no localizar los hitos y se duda del recorrido a seguir, pero de todas formas, el granito es excelente en los tramos de trepada y es fácil ir sorteando las dificultades.
Este es el aspecto que presenta esta arista:
Última trepada antes de la cima
Pico Le Bondidier (3146) (19:05) (nº 169)
El panorama desde la cima varía poco a lo visto hasta ahora
Por ahí arriba he andado:
Comienzo el descenso. Antes tengo que medir el desnivel que existe entre la brecha situada al pie de esta cima y la cima de la primera aguja - la bautizada como Antecima Norte del Pico Le Bondidier-, para ver si cumple el requisito de los diez metros de desnivel existente para poder ser incluído en el listado oficial de tresmiles de Pirineo.
Aunque tengo un error en la medición de la altura de esta primera aguja, el gps me da un desnivel de 11 metros de desnivel. No considero la medición como fidedigna, por lo que habrá que seguir incluyendo esta aguja como "probable". Desde la cima de la Aguja, así se ve la cima de Le Bondidier:
Bajo de nuevo al Collado Cordier (19:40):
A partir de ahora, comenzaré un larguísimo descenso hasta el Refugio de la Renclusa, a donde llegaré a las 22:40 horas a coger agua. Apenas paro y continúo el descenso hasta La Besurta, donde sí que pararé a reponer fuerzas. Ahora me toca recorrer los seis kms de carretera hasta llegar al aparcamiento del Vado del Hospital, a donde llegaré a las doce y pico de la noche.
Estoy reventado y sólo tengo ganas de dormir. Hace casi veinte horas que me levanté...