Ascensión en solitario a los picos de Saint-Saud, Camboué y Lourde Rocheblave desde el Lac de Caillauas, en donde pasé la noche, y posterior descenso al de Pouchergues, desde donde retornaré al parking de Pont du Prat.
Croquis del recorrido:
hasta el Refuge de la Soula, que va a permanecer cerrado todo este año debido a las obras que están realizando en su interior. Solo queda remontar los 500 metros sin tregua que quedan hasta el Lac de Caillaouas, en donde pensaba dormir en el refugio libre que hay debajo de las ruinas de la casa del ingeniero que realizó las obras en la presa...
Desde la presa observo el barranco que desagua las aguas de
los lagos superiores y que usaré para acceder a ellos, aprovechando que está
tapado por una buena capa de nieve.
Después de una fría noche, comienzo a andar a las 06:00
horas. Enseguida hay que ponerse los crampones, la nieve está dura a estas
horas.
Bonita rampa.
Un vistazo atrás.
Hay que andar con ojo, de vez en cuando asoma algún agujero.
Al fondo, el sol ilumina las cumbres del macizo del Gourgs Blancs.
Al llegar a una cota situada encima del Lac des Isclots, que
se encuentra helado, se aprecia ya la vertiente norte de las cimas anteriores,
desde el Jean Arlaud, hasta el Camboué y Saint-Saud a la derecha.
A la derecha se observa la pendiente
que sube hasta el Col de Pouchergues, situado en la Crête de Quartau. Una
subida de 200 m. de desnivel por palas de nieve de unos 45 grados de
inclinación, blanda en algunos tramos, y que harán que al llegar al collado
respire de tranquilidad.
Desde el amplio collado, se aprecian dos de las cimas que
ascenderé y a la derecha del Saint-Saud
y más baja que esta cima, la mole rocosa de la Pyramide de Pouchergues, que iré
bordeando por su derecha (O) hasta poder enlazar con otras pendientes nevadas
que me permitan acceder a una brecha, al inicio de la arista NO del Saint-Saud.
Hace un precioso día y el collado es un bonito mirador de
las cimas que me rodean:
Posets
Bachimala
Hourgade
Después de un corto descanso, recorro una larga y estresante
travesía nevada, hasta llegar a otro tramo más o menos llano, desde donde asoman las
cimas de los Clarabides y el lago homónimo en su base.
Veo también el parcialmente helado Lac de Pouchergues al
fondo del valle y por donde pasaré dentro de unas cuantas horas. A la derecha
de la fotografía se ve el collado de donde vengo.
Sigo la ascensión evitando las franjas rocosas, por donde
mejor veo…
La espectacular cara norte del pico Camboué y la cresta
Belloc-Spijeoles-Gourdon al fondo. Desde esta vertiente recorrimos un día de
San Juan del 2001 esta bonita cresta en compañía del grupo de alta montaña del
Club Vasco de Camping. ¡Qué recuerdos!
El macizo del Posets domina todo el horizonte sur:
Una mirada hacia abajo:
Tras perder altitud evitando pisar nieve, no queda más remedio
que volver a la arista y recorrer en sentido contrario la ascensión que hice hace
25 años en compañía de Jon.
Accedo a la cresta que recorreré…
hasta llegar a la pala nevada final.
Un vistazo atrás:
12:47 Pic Camboué. Cimas del Gourgs Blancs, con el Lourde Rocheblave a la derecha,
y el Perdiguero al fondo.
Me cuesta recorrer estos últimos metros…
La idea era haber continuado hasta la cima de la Torre
Armengaud, pero el estado en la cual se encuentra, hace que ni me lo plantee.
Otra vez será…
Ahora toca perder altitud aprovechando las nevadas pendientes
para llegar al Collado de Gías, desde donde iré bajando hasta la Neste de
Clarabide. Según bajo, observo unas grandes cornisas de nieve; espero que no me
den problemas…
Localizo el punto más débil y a base de golpes de piolet y bastones, consigo romper un tramo que me permitirá bajar con seguridad. Un vistazo atrás:
A estas alturas del día, la nieve se ha reblandecido mucho y el llegar hasta el Lac de Clarabides es un auténtico suplicio. El collado ha quedado lejos.
Los Clarabides en todo su esplendor:
Ya solo queda llegar hasta el Lac de Pouchergues.
Recordaba,
de la última vez que anduve por aquí, que había que ir descendiendo aprovechando los puntos débiles que evitaban los farallones rocosos, pero aquella
vez no había nieve y se veía perfectamente la senda. Esta vez, con todas las
laderas nevadas y teniendo que volver a recorrer travesías peliagudas, lo volví
a pasar mal. Ultima fotografía desde la “seguridad” del lago.
Ya solo quedaba descender el largo camino hasta Pont du Prat, a donde llegué justo a las 20:00 horas, 14 horas más tarde de haber empezado a andar.