Ascensión a la Aguja de Cregüeña, Aguja SO de Abadías y Pico Collado de la Rimaya en compañía de Alba, para ascender a estas tres cimas sueltas que le quedaban por "tachar" de la zona.
Para las 06:00 horas comenzamos a andar desde la parada de bus del Puente de Coronas. Es la tercera vez que subimos por aquí este año, por lo que nos conocemos el camino casi de memoria.
Para las 07:45 llegamos al Ibón Medio de Coronas desde donde, hace un rato ya, podemos ver la Cresta de Cregüeña, hacia donde nos dirigimos.
Para las 08:10 dejamos el sendero que se dirige hacia el Collado de Cregüeña y seguimos ganando altitud fuera de cualquier camino, siguiendo un track, para intentar localizar la cámara fotográfica que perdió su padre Miguel hace un mes, después de habernos fotografiado mientras escalábamos la Aguja Haurillón.No hubo suerte y no pudimos localizar la cámara, por lo que seguimos subiendo hasta llegar a la brecha que separa las agujas de Cregüeña y Haurillon, desde donde nos asomamos a la vertiente de Cregüeña y podemos contemplar nuestro siguiente objetivo, que se encontraba parcialmente cubierto por las nubes.09:10 Aguja de Cregüeña. Hemos ganado en menos de 15 minutos la cima.
Hace un día espléndido, pero tenemos una larga jornada por delante, por lo que apenas paramos en la cima y mientras comemos algo de nuevo en la brecha, contemplamos la Cresta de Llosás, que recorrimos hace un mes hasta el Collado Superior de Llosás.
Y el Pico Aneto, al cual subimos hace dos por el Corredor Estasen y seguimos hasta la Espalda del Aneto.
Para continuar con el recorrido, tendremos que bajar por este descompuesto corredor que nos lleva a la vertiente de Cregüeña. Hay que bajar con cuidado, ya que es imposible no tirar piedras.
Una vez abajo, el bonito Ibón de Cregüeña.Cómo se ha ido la nieve en un mes:
El Pico de Abadías y su Aguja SO, recortada contra el cielo. Para llegar a ella hay que atravesar toda esta descompuesta ladera, siguiendo de vez en cuando unas trazas de sendero, esquivando mientras podemos los pocos neveros que quedan en estas fechas.
Hacemos otra larga parada para hidratarnos y comer algo y para las 10:50, tras dejar las mochilas en la base, comenzamos la trepada hasta la brecha, punto de inicio de la escalada. En apenas diez minutos llegamos a ella y hacemos un poco de tiempo para que pegue el sol en la todavía sombría pared, mientras nos calzamos los pies de gato.
Me cuesta unos 40 minutos llegar a la cima (los años no pasan en vano...) y tras montar la reunión, mientras cojo aire, Alba comienza a desmontar el largo. Así me ve ella:
Sube en un ti-ta. Una foto rápida...y para abajo. Hace mucho que no me ponía los pies de gato y me están reventando los pies.
Una vez en la brecha, gano algo de altura en la pared de enfrente para que quede constancia de la felicidad de Alba.Una vez en la brecha, en lugar de destrepar hasta donde hemos dejado las mochilas, aprovecharemos las instalaciones de rápel que hay colocadas, para bajar:Entre que recogemos el material y tal, nos dan las 13:00 horas. Nos toca remontar ahora el tramo más descompuesto de todo el día, para acceder a la vertiente sur del Pico Collado de la Rimaya.
13:30. La nieve nos va a dar un poco de tregua después de tanta roca. Está lo suficientemente blanda, como para no tener que ponernos los crampones.
Ahí tenemos la vertiente sur del pico. Tenemos que localizar la bautizada por Francisco Termenón Zubeldia como "Fisura Juanito" y que se ha convertido en la vía habitual para subir a este pico desde esta vertiente. Tras unos momentos de duda (la última vez que estuve aquí, había mucha más nieve) localizamos la vía. 14:00 horas.
14:30 Pico Collado de la Rimaya.
Bajamos de nuevo a recoger las mochilas y volver a recuperar fuerzas. La idea original era haber subido a la Maladeta y bajar por la Cresta de los Portillones hasta la Antecima NO de la Maladeta, pero vemos que no nos va a dar tiempo a coger el autobús de las 19:00 en La Besurta, por lo que una vez descartada la idea (ya volveremos dentro de poco...), tranquilamente bajaremos rapelando desde el Collado de la Rimaya. El llegar al collado nos cuesta más de lo que esperaba (terreno caótico, aunque los hitos van marcando el recorrido a seguir) y para las 16:00 llegamos al primero de los tres rápeles.El terreno está completamente roto y es imposible no tirar piedras.
16:45 Llegamos a la nieve. La rimaya, curiosamente, no está abierta y un puente de nieve permite atravesarla.
Las nubes han cubierto la zona, lo que nos hará avanzar sin visibilidad, más despacio de lo deseado hasta llegar a la zona de bloques que nos acompañarán durante gran parte del descenso. Afortunadamente, la niebla se disipó.Aunque en un primer momento, descartamos el llegar a tiempo para coger el bus, con la velocidad a la que me llevaba Alba, vimos que podíamos llegar y finalmente, tras bajar corriendo desde el Refugio de La Reclusa, pudimos llegar a la parada justo a las 18:55 y cogerlo por los pelos.16:45 Llegamos a la nieve. La rimaya, curiosamente, no está abierta y un puente de nieve permite atravesarla.
Volveremos dentro de poco para continuar la aventura...
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