«El Cervino es la cumbre ideal, más que ninguna otra; la que imaginan los niños que nunca han visto ninguna». [...] «La pirámide es mucho más hermosa porque está sola. A su alrededor no hay más que desierto de piedras, ceniza de montaña, cumbres dormidas, inclinadas y dobladas».
Esta es la historia de como lo que surgió como una broma, acabó con la ascensión a esta majestuosa pirámide.
Todo empezó el año pasado -seguramente alrededor de una mesa- cuando Jon dijo que si alguna vez subía al Cervino, se tatuaría su imagen en el cuerpo. Esta tontería fue más que suficiente para motivar al resto de la cuadrilla y empezar a organizar esta salida.
Todas las ascensiones de este año han tenido como objetivo el entrenamiento para avanzar rápido por la arista, así como intentar quitar el miedo al vacío. Incluso llegamos a colocar una maroma en el rocódromo para entrenar la ascensión por ellas.
Por fin llegó el gran día, y el domingo 30 de Julio, después de salir yo de trabajar a las 18:00 horas, montamos en la furgoneta del club y haremos un viaje nocturno hasta Chamonix a donde llegamos para desayunar:
Mientras mojamos los croissants en el café au lait, el tiempo cambia completamente y comienza a caer una gran tromba de agua que no nos abandonará hasta pasar a Italia. Menudo comienzo...
Atravesamos el Tunnel du Mont Blanc (54,30 € i/v - válido para una semana) y al entrar en el Valle de Aosta, dejamos atrás el cielo gris de Francia.
Llegamos a Breuil-Cervinia y vemos por vez primera nuestro objetivo:
Emoción, dudas, ¿no hay mucha nieve? ¿nos habremos sobrevalorado?... Todos estos pensamientos nos asaltan mientras miramos hacia arriba, pero hemos venido hasta aquí para intentarlo y debemos seguir con el planteamiento de entrenamiento que llevamos, que nos lleva a subir hasta el Rifugio Guide del Cervino (60 € MP-excelente cena y desayuno abundante) situado a 3.480 m de altitud en el denominado Plateau Rosa -frontera entre Italia y Suiza-, en donde pasaremos dos noches aclimatando a la altura. Después del viaje nocturno, no estamos para muchas historias, por lo que tomaremos los tres tramos de teleférico que nos subirán hasta el citado refugio (21,50 € i/v siendo un grupo de más de cinco personas).
Aunque hicimos una parada en la estación intermedia de Cime Bianche Laghi (2.812 m), para comer y de paso no ganar toda la altura de golpe...
este rápido ascenso nos provocó dolores de cabeza y algo más a varios integrantes del grupo durante el tiempo que permanecimos en altura. Al día siguiente, comenzaremos la aclimatación intentando ascender al sencillo y ya conocido Breithorn O. y al Central.
Julio del 2000
Subiremos poco a poco bordeando las pistas de esquí de la estación del Matterhorn-Glacier Paradise de Zermatt.
Un vistazo atrás al Plateau Rosa:
La subida no tiene pérdida y se trata de seguir las pistas en dirección al Kleine Matterhorn-Piccolo Cervino, cima situada a 3.883 m de altura y a la cual llega un teleférico desde Zermatt, lo cual permite que el Breithorn, debido a su escasa aproximación y al poco desnivel a superar, sea considerado como uno de los cuatromiles más sencillos de ascender de los Alpes. Llegamos a contar más de 70 personas en romería...
y desde donde llegaremos al amplio plateau del Breithornpass que deberemos de bordear para evitar las grietas del glaciar.
El fabuloso día que había amanecido ha ido cambiando. Comienzan a entrar nubes y un fuerte y helador viento ha comenzado a golpearnos.
Una rápida foto de cima...
y continuamos en dirección hacia el Breithorn Central por su afilada arista.
No puede ser. El viento casi nos tira y una vez en el collado intermedio, decidimos bajar de nuevo a la seguridad del refugio. Una fuerte tormenta de granizo por la tarde hará que todo se vuelva a teñir de blanco. Menudo panorama nos espera...
Al día siguiente, despedida: Carmen, Mari Carmen y Enrique van a realizar una travesía circular durante tres días alrededor del Grand Tournalin -una primera de Edward Whymper y Jean Antoine Carrel- siguiendo en parte el Tour del Monte Rosa mientras nosotros intentamos la ascensión.
No tenemos prisa, tenemos todo el día para subir hasta el Rifugio Oriondé Duca Degli Abruzzi (2.885m -70€ MP- Cena justa y desayuno poco surtido) y además lo haremos en un taxi todoterreno propiedad del refugio (20 € persona siendo más de cinco),
por lo que haremos un poco de turismo por el pueblo
y nos acercaremos a la Oficina de los Guías del Cervino, para recabar información acerca de la meteo de los próximos días y dudas que tenemos. Una de ellas era si es necesario subir agua hasta la Capanna Jean Antoine Carrel, situada a 3.835 m en plena Arista de Lion. En diversas páginas web hablaban de una gran olla en donde se funde la nieve recogida junto al refugio para disponer de ella, pero desafortunadamente, nos indicaron que la poca nieve que había en los alrededores de la cabaña hacía inviable este método, por lo que tuvimos que portar tres litros de agua cada uno para los dos días que íbamos a permanecer en ella. Más peso aún...
Por fin llegamos al refugio, situado a los pies del Cervino, en donde pasaremos la noche:
A las 08:00 horas comenzamos a andar.
No hay pérdida, el camino está bien señalizado y parte desde la misma terraza del refugio: se trata de seguir el sendero balizado nº 13 que se dirige, en apenas media hora, desde el refugio, hasta la Croce Carrel...
una cruz erigida en su honor por el cliente que le acompañaba, en el lugar exacto en el cual falleció el día 25 de Agosto de 1890 y a la edad de 61 años el “intrépido
guía” –como reza en la placa- que localizó el itinerario habitual, después de varios años de intentos, seguido hoy en día desde Breuil-Cervinia hasta la cima y que da nombre también al refugio en donde dormiremos hoy.
Jean Antoine Carrel Edward Whymper
En este tramo nos cruzamos con un guía catalán acompañado por su cliente que nos comenta que ni siquiera han intentado la ascensión. El fuerte viento que les ha golpeado toda la noche les ha hecho desistir. Vaya chasco nos llevamos…
El sendero sigue evidente marcado con hitos y algún que otro punto pintado de rojo en las rocas en dirección a la siguiente referencia, la denominada Chimenea Whymper, un descompuesto corredor-chimenea bastante vertical en el cual hay que poner las manos frecuentemente y que una cuerda fija ayuda en su parte más vertical.
Una vez arriba, iremos bordeando los amplios neveros...
y trepando a través de rocas graníticas nada que ver con los descompuestos esquistos que nos encontraremos en las alturas.
Llegamos de esta manera a la amplia travesía de la vertiente sur de la Tête du Lion -Cabeza de león- por la ladera más descompuesta de todo el recorrido que
precede al Col du Lion.
En este punto nos equipamos con el material en lugar de hacerlo en el collado, que suponemos más estrecho y tras unos minutos de tensión atravesando gravilla e incluso hielo, llegamos a este.
Ahora sí que se puede decir que da comienzo la escalada. Antton tira el primero con Ainhoa, Jon conmigo y por detrás Asier con Ana.
Un vistazo atrás a la Tête du Lion y a la descompuesta travesía. Esta cima fue conquistada por primera vez por Carrel en 1.857, durante su primer intento de localizar la vía de ascenso al Cervino.
Justo encima del collado se encuentra esta estructura rocosa con forma de cabeza de león, que seguramente inspiró a Carrel como topónimo.
Ascensione al Cervino (Mario Piacenza, 1911-1912)
Empezamos una sencilla trepada hasta llegar a la Placche Seiler,
una empinada placa en la cual hay metido algún parabolt y que se supera por su borde derecho hasta llegar a la Prima y Seconda Corda, primer contacto con las gruesas maromas que serán la tónica constante en esta ascensión
Enseguida llegamos a la Cheminée, una pared vertical de unos diez metros y ligeramente extraplomada en su parte final, que nos cuesta subir con todo el peso que llevamos.
Aunque en el extraplomo final hay que tirar bastante de brazos, el entrenamiento en la maroma del rocódromo se ha notado, y enseguida subimos los dos. A continuación y ya por terreno más sencillo, superamos un bonito diedro de otros 15 metros, la Cheminée. Una travesía a la izquierda con cuidado por el verglás que cubre la roca...
y tenemos por fin a la vista el refugio.
Ya sólo queda remontar un tramo de roca descompuesta, subir unos peldaños y acceder a la plataforma metálica que bordea la cabaña, a donde llegaremos un poco antes de las 12:30 horas.
El refugio tiene capacidad en teoría para 60 personas, y la Compañía de guías del Cervino, responsables del cuidado de este, ofrecen varios fogones donde calentar la comida.
Uno de los guías que se encuentra en la cabaña se encarga de cobrar 20 € por persona a todos los alojados. Cogemos sitio en las literas y cada uno pasa la tarde de la manera menos aburrida posible.
Jon y yo subiremos a la plataforma situada encima del refugio, usada en la actualidad como toma de tierra por los helicópteros...
en la cual estuvo instalada la Cabanna Luigi Amedeo de Savoia, el primitivo refugio antes de la construcción del actual en 1.968, montada en Turín en 1.893 y desmontada y transportada a pie hasta su ubicación definitiva. En 2.004, debido al peligro que había de que se desmoronase debido a los corrimientos de tierra, fue de nuevo desmontada y trasladada al lugar en el cual se encuentra en la actualidad, junto a la oficina de turismo-sede de la Compañía de Guías del Cervino.
Justo encima de esta antigua cabaña, se encontraba otra, el denominado Rifugio della Gran Torre, construido en 1.885 en la base de este torreón.
Foto histórica de las cabañas
Unas referencias de los lugares por los cuales andaremos mañana.
Algunos de los topónimos en negrita que aparecen en esta entrada fueron sugeridos por Edward Whymper, pero la mayor parte de ellos provienen de la imaginación de J.A. Carrell.
A lo largo de la tarde vemos cordadas que van llegando al refugio,
así como otras que van descendiendo habiendo conseguido subir hasta la cima. Esto nos vuelve a dar esperanzas...
Durante la cena, Ainhoa dice que no se ve con fuerzas anímicas como para continuar la ascensión, por lo que mañana descenderá en compañía de Antton. Jon, por supuesto, dice que hay que intentarlo, al igual que Ana y Asier -aunque finalmente se tuvieron que dar la vuelta-, por lo que quedamos en despertarnos a las 03:30 horas. Nos quedamos viendo la nublada puesta de sol mientras escuchamos de fondo los numerosos desprendimientos de piedras que caen desde la Tête du Lion... Las previsiones meteorológicas daban buen tiempo, pero fuertes vientos para mañana. Ya veremos....
En la cabaña hay un cartel colocado por los guías que aconseja a la gente levantarse a las 04:30 horas. Como vimos, esto no lo respeta nadie -ni ellos- y la mayoría de la gente se levanta mucho antes.
Tras una calurosa y "sonora" noche, me despierto antes de las 03:00 debido al movimiento de la gente que ya comienza la ascensión. Se ve que hay nervios...
Me asomo a la puerta y veo sorprendido que no hace nada de viento, el cielo está estrellado y no parece hacer mucho frío...Qué emoción....
Miro hacia la arista y veo numerosas luces de frontales por ella de montañeros que se encuentran, algunos de ellos, bastante arriba.
El guía encargado de cobrarnos dijo que todos ellos saldrían a las 05:00, pero como pudimos comprobar más tarde, la verdad es que salieron bastante antes.
Desayuno y despierto a Jon, mientras voy acabando de hacer la mochila.
A las 04:00 comenzamos a andar. Tenemos suerte y únicamente encontramos un par de cordadas por delante, por lo que apenas hay que esperar. Hay que salir del refugio con todo el material colocado, ya que la primera dificultad, la denominada Corda della sveglia -Cuerda del despertador- se encuentra justo encima.
Se trata de un primer tramo con maroma de unos 20 metros por una placa inclinada hasta llegar a un pequeño techo donde hay colocada una gruesa cadena. Se puede meter alguna cinta express directamente en esta y superar este corto, pero duro tramo por la derecha. El paso visto desde arriba:
Después se suaviza y continuaremos por una sucesión de placas hacia la derecha agarrados a las cuerdas fijas y tras girar a la izquierda y ganar altura, penetraremos en el Vallon des Glaçons -Valle de los carámbanos-, la así denominada amplia vertiente situada al S.de la arista por la cual iremos ganando altura hasta volver de nuevo a la arista en la Brèche o Gîte Giordano, situada tras el gran gendarme visible desde el refugio denominado La Gran Torre y llamada así por ser el lugar donde pernoctó en 1.866 el ingeniero Felice Giordano, primera persona en subir a la cima con un barómetro de mercurio para determinar su altura.
Una corta placa de buena roca Placche Cretier y llegaremos al Mauvais Pas -Paso Malo-, una estrecha repisa muy aérea, pero sencilla de atravesar que bordea un espolón rocoso. Justo al otro lado está la Rocher des écritures, la roca en donde se encuentran las iniciales que grabó Jean Antoine Carrel la primera vez que alcanzó esta altitud en 1861. En 1862 Whymper y Luc Meynet hicieron lo mismo cuando alcanzaron este punto. No llegamos a verlas...
Trepamos por una empinada chimenea en oposición equipada con maroma
y a partir de aquí debemos dirigirnos hacia la derecha bordeando un gran nevero, denominado Le Linceul -La Mortaja- situado bajo la arista, que desde la Gran Torre hasta la base del Pic Tyndall, debido a la característica forma de los gendarmes que la forman, se llama L´Arête du coq -La Cresta del gallo-.
Llegamos a un largo tramo equipado con un fino cable metálico, que a modo de hilo de vida de las ferratas, nos permite atravesarlo hasta llegar a la pared vertical por la cual alcanzaremos de nuevo la arista. A partir de este punto dejaremos de utilizar ya las luces de los frontales.
El Dent d´Herens iluminado por el sol, en el horizonte el Macizo del Mont Blanc y a la izquierda la sombre del Cervino:
En el extremo superior del Linceul llegaremos a la denominada Gran Corda o Corde Tyndall -por ser este último el que la colocó-, un tramo de unos 30
metros equipado actualmente con una gruesa cadena, fácil de asegurar y en cuya base, varias cordadas se encuentran esperando. Esperaremos tranquilamente nuestro turno...
Una vez en la arista, el horizonte se nos amplía a las montañas del Valais:
Desde la Dent Blanche a la izquierda, hasta la preciosa pirámide del Weisshorn a la derecha, con el Ober Gabelhorn y el Zinalrothorn en medio...
Empieza a aparecer la nieve/hielo y este tramo está bastante descompuesto en algunos lugares, por lo que habrá con ir con más cuidado, si cabe...
El terreno es amplio y se puede avanzar al unísono con el resto de cordadas.
Llegaremos así a la unión con la Cravatta -Corbata-, la así denominada repisa permanentemente nevada, que recorre perpendicularmente bajo la cima del Pic Tyndall y en la cual llegó a haber un tercer refugio, el primero que se construyó en la montaña por los guías italianos en 1.867 -para cuya financiación se recurrió a una colecta popular-, excavado bajo un saliente rocoso y del que todavía quedan vestigios de los muros exteriores.
Imagen histórica del refugio
En este lugar se encontraba el 14 de Julio de 1.865 la cordada liderada por Carrel cuando oyeron provenientes de la cima del Cervino los gritos de euforia y las piedras lanzadas por Whymper y sus compañeros, que habían partido de Zermatt, al lograr la primera ascensión de la montaña.
Grabado de Gustave Doré (Wikipedia)
Decepcionados al perder la batalla por la conquista de "su" montaña, Carrell y sus compañeros descendieron de nuevo a Breuil-Cervinia, pero tres días más tarde volvieron a subir, consiguiendo la primera ascensión por la ruta italiana que estamos siguiendo hoy.
Poco a poco llegaremos a la larga cresta más o menos horizontal que
nos va a llevar hasta la cima del Pic Tyndall (4.241 m.). Debido a su escasa prominencia respecto al Cervino, no está incluido en la lista oficial de cuatromiles de los Alpes, sino en la lista de cimas secundarias, por lo que se considera una antecima de este. La cima recibe este nombre -anteriormente se le denominaba simplemente l´Epaule o Spalla -La Espalda-, en honor a su primer ascensionista, el físico irlandés John Tyndall en compañía de Carrell y dos guías más en 1.862.
Tenemos la cima del Cervino
justo encima nuestro, se ven montañeros que se encuentran muy altos, el tiempo sigue estable y en
principio nada parece presagiar el que no podamos alcanzarla.
El continuar por los 200 m de la extremadamente aérea Cresta Tyndall supone destrepar dos pequeños resaltes de unos ocho metros cada uno, con parabolts en la roca para asegurar...
hasta llegar al tramo más bajo de toda la arista cimera, la estrechísima y expuesta escarpadura denominada L´Enjambée -La Zancada-, por el paso que hay que dar para descenderla-.
Foto aérea del paso
Comenzamos ya la última parte de la ascensión a la Testa del Cervino. El terreno se vuelve a empinar y treparemos a través de una amplia ladera descompuesta y helada, con pocas posibilidades de aseguramiento...
Iremos superando los sucesivos resaltes hasta llegar al Col
Félicité -en honor de Félicité Carrel, de 18 años y primera mujer en alcanzar este lugar el 13 de Septiembre de 1.867-, punto en el cual comienza de nuevo el tramo de cuerdas fijas que nos
acompañarán hasta la cima. Hace un rato que el tiempo ha cambiado completamente y las nubes, al igual que ha ocurrido todos los días de esta semana, comienzan a cubrir la montaña. Nos cruzamos con varias cordadas que deciden no continuar debido al empeoramiento del tiempo.
Tras la Prima Corda della testa, avanzaremos hacia la derecha abandonando la arista y
subiremos verticalmente después,
hasta llegar a una repisa por la cual
seguiremos avanzando hacia la derecha, hasta llegar al segundo tramo de cuerdas y alcanzar así la conocida Scala Jordan, una escala vertical de cuerda y peldaños de madera llamada así en honor al alpinista inglés Leighton Jordan, que la mandó colocar en 1.869 a los guías de Valtournanche y con la que seguramente habremos soñado los días anteriores a
estar aquí.
Realmente es más sencilla de subir de lo que a priori se ve, por
lo que una vez superada, es imposible no aguantar la emoción viendo que ya no hay nada que nos impida alcanzar la cima. Tras la escala, viene otro
tramo de cuerda fija vertical, la Corda Pirovano que nos lleva de nuevo a la arista.
Otros dos tramos de cuerda fija más y por fin podemos decir que nos encontramos en la cumbre de esta pirámide que apunta el cielo (4.476 m. la punta italiana). Una pareja que comenzaba a descender se abraza a mí. No puedo contener la emoción. Hasta que llega Jon, permanezco solo en la cima, rodeado por las nubes, sin nada de visibilidad. Aparece mi compañero y nos fundimos en un fuerte abrazo, besos, lágrimas….
Contactamos por talkye con nuestros compañeros que se encuentran en Breuil-Cervinia para informarles de que todo había ido bien y que nos encontrábamos en la cima.
Han pasado ocho horas desde
que salimos de la Cabaña Carrel.
y nos conformaremos con fotografiarnos junto a la Croce.
Esperamos a que unos suizos que se disponían a descender por la vertiente suiza nos saquen
una foto de cima a los dos juntos y comenzamos el descenso…
La niebla, que nos acompaña desde hace un tiempo, nos va a jugar una mala pasada y nos hará perder el itinerario en el tramo final...
teniendo que rapelar a la altura del Linceul para salvar un cortado. Finalmente, 16 horas más tarde de la que salimos, llegaremos de nuevo a la Cabaña Carrel a las 20:00. No estamos con fuerzas como para continuar el descenso, por lo que pasaremos otra noche en la cabaña. Hace tanto calor en el piso superior, que es el único lugar en donde hemos encontrado sitio libre, que decido pasar la noche en el comedor, aunque apenas pegaré ojo. A las doce de la noche todavía seguían bajando montañeros desde la cima y para la 01:00 algunos ya estaban preparados para subir...
Al día siguiente descenderemos de nuevo hasta el Refugio Oriondé, donde nos esperaba una sorpresa que nos vuelve a emocionar: nuestros compañeros han subido desde el pueblo, unos en bicicletas eléctricas y otros en taxi para felicitarnos y ya todos juntos, bajaremos por la pista que nos llevará de nuevo a Breuil-Cervinia.
Esa noche la celebraremos dándonos un homenaje en el coqueto restaurante Le Bistrot de l´Abeé
y más tarde bailaremos unas piezas en la discoteca del pueblo, aunque a esas alturas, después del cansancio acumulado durante estos dos días, el cuerpo ya no dio para más....
Por cierto, Jon cumplió su palabra y se tatuó la montaña en su cuerpo:
Objetivo cumplido