Ascensión al Pico Robiñera desde Chisagües en compañía de mi hijo Ekain,de nueve años.
A pesar de las pocas fotografías que tengo de esta ascensión (la grabé en video...), la quiero incluir en este blog ya que tuvo un significado especial para mí: por una parte hacía el nº 106 de los 212 tresmiles oficiales (ya había llegado a la mitad), y por otra parte, fué el primer tresmil de mi hijo.
El Robiñera, aislado y situado entre los macizos de La Munia y del Monte Perdido, se encuentra en la categoría de los picos menos visitados de los Pirineos, pero precisamente por su situación, es la mejor atalaya de cualquiera de estos dos macizos.
Al ser el primer Tresmil en los Pirineos de mi hijo de nueve años, decidimos ascenderlo por su vía mas corta y sencilla: la que partiendo del pueblo de Parzán, y pasando por Chisagües, asciende por el valle del Rio Real por una pista en bastante buen estado hasta la fuente de Pietramula, lugar fácilmente identificable ya que está junto a una curva muy cerrada a mano derecha y con un pequeño parking a la izquierda a unos 1.900 m de altura.
En este precioso lugar, montaremos la tienda y pasaremos la noche junto a una familia de marmotas.
Al día siguiente, tras recoger la tienda, comenzamos la ascensión a las nueve de la mañana. El sendero que hemos tomado asciende en fuerte pendiente por el Barranco de los Gabachos hasta el Collado de las Puertas. Este primer tramo es común con la GR-11, por lo que es un tramo frecuentado por senderistas que realizan la etapa entre el Valle de Pineta, y el pueblo de Parzán.
Un poco antes del Collado, tenemos vista a la cima y al itinerario que debemos que tomar.
Al fondo de la ladera herbosa por la cual subimos, hay que dejar este evidente sendero y descendiendo un poco, cruzar al otro lado del barranco para ascender por la cara sur del Robiñera.
Ascendemos por terreno pedregoso superando cortos espolones rocosos que nos obligarán a utilizar las manos para trepar por terreno fácil y sin peligro.
A medida que ganamos altura, lo pedregoso del terreno y la fuerte pendiente hacen que este tramo sea cada vez más penoso hasta llegar a la arista cimera. Una vez en esta, sólo queda por recorrer unos 150 metros de arista casi horizontal en la cual hay que sortear unas cuantas horcadas fáciles hasta llegar a la cima. En toda la ascensión no hemos visto a ninguna persona en pleno Agosto.
¡Huid de las rutas masificadas y buscad alternativas a los picos de siempre!
Llegada a la cumbre
Vistas del macizo del Monte Perdido desde la cima
En total, hemos empleado cuatro horas de ascensión.
El niño: cansado pero feliz, y el padre más. Ver la cara de satisfacción de tu hijo no tiene precio. Hay cosas que ni siquiera la Mastercard puede pagar, como dicen en la tele.
Las fotografías son capturas de video grabado en formato 16:9, por eso tienen ese aspecto "extraño".