Cresterío Seil Dera Baquo al Pico del Portillon de Oô desde el Refugio de Estós junto a Alba y Miguel.
Este cresterío lo había realizado en sentido contrario hacía 22 años acompañado por Jon, en un maratoniano fin de semana
La jornada se preveía larga, por lo que un poco más tarde de las 06:00 horas, salimos del refugio. Para las 09:00 volvemos a estar contemplando las cimas ascendidas ayer
Volvemos a enfilar hacia el Puerto de Oô, con mejor tiempo que ayer.
Hay que volver a atravesar este enorme pedregal. A la derecha se observa la primera cima que ascenderemos, el Pico Audoubert, un tresmil descatalogado del catálogo oficial por no cumplir la prominencia de los diez metros.
Una vez en el Puerto y tras equiparnos correctamente, comenzamos la travesía. No es necesario seguir estrictamente el cresterío en esta primera parte del recorrido: terrazas y corredores nos permiten avanzar más rápido por su vertiente sur.
Tras esta primera toma de contacto con la roca...
un poco antes de las 12:00 horas llegamos al Pico Audoubert.
Hace un rato que han comenzado a entrar nubes por la vertiente sur:
mientras en la vertiente norte hace un preciosos día:
Una hora más tarde llegamos al primer tresmil oficial, Cap dera Baquo Occidental
y sin perder tiempo, que la meteo está muy inestable, seguimos por la cresta.
Pequeño tramo de tregua para ir andando sin tener que poner las manos en la roca:
Cap dera Baquo Oriental
Continuamos, que en la lejanía se ha escuchado algún trueno.
Seil dera Baquo
Continuación del cresterío hacia el Perdiguero. Comienza a aparecer nieve y granizo en la roca, lo que hará que se nos retrase mucho el avance.
Tramo final de la ascensión al siguiente pico:
Pequeño Pico del Portillón de Oô
Hay que salir de aquí cuanto antes una tormenta se está acercando...
aunque finalmente nos pillará en el tramo más inoportuno, justo al llegar al corte vertical que descenderemos rapelando, tras el cual viene un pequeño Paso del Caballo.
Tras este aéreo paso, hay que remontar un pequeño muro (III) para acceder de nuevo a la cresta. En las condiciones heladas en las que se encontraba, me costó muchísimo el poder superarlo, la adherencia era imposible.
La última cima estaba cercana, pero las dificultades continúan: la cresta vuelve a ser aérea.
Por fin, un poco antes de las 19:00 horas, llegamos al Pico del Portillón de Oô.
Ya sólo queda descender la descompuesta ladera...
que nos llevará al rápel final, que nos depositará en el Portillón de Oò, ya de noche.
Desde este collado, decidimos descender directamente al fondo del valle siguiendo el Barranco de Molseret. De noche, sin visibilidad y teniendo que atravesar canchales, pedreras y torrenteras arrasadas por avalanchas que habían arrastrado árboles, no veíamos la hora de llegar a los coches. Por fin, 18 horas más tarde de haber salido del refugio, nos despedimos con la promesa de volver a coincidir el año que viene, pero eso sí, esa vez con el tiempo asegurado.