Ascensión (o descenso) en solitario a estas polémicas agujas desde la cima del pico Clot de la Hount.
Situación de las agujas señalizadas en una fotografía cedida por Miguel vistas desde el Col de Arratille.
Toda la literatura existente acerca de estas dos cimas coincide en lo mismo: hay que destrepar por un terreno totalmente descompuesto, empinado, y sin ningún interés montañero, excepto para los coleccionistas de tresmiles, considerados por muchos, y parafraseando a Lionel Terray, los conquistadores de lo inútil.
Si nos ceñimos a los requisitos que estipuló el equipo de Juan Buyse al sacar a la luz su listado de tresmiles del Pirineo actualmente considerado como oficial, para considerar un pico como tresmil, es decir, aparecer citadas en algún mapa cartográfico y el existir diez metros como mínimo de desnivel entre la brecha/collado y la cima, estas dos agujas cumplen con los dos requisitos para seguir figurando como cimas de más de tresmil metros.
Aprovechando el viaje de unos amigos al macizo del Vignemale donde piensan ascender al Pique Longue desde el Refugio de Baissellance, me uno a ellos con la intención de intentar por cuarta vez esta ascensión. Esta vez llevo copiado el itinerario que siguió el forero Jesule de la web Pirineos3000, donde narra de manera precisa el complicado acceso a estas cimas, talón de Aquiles de la mayoría de los montañeros que hemos intentado la ascensión y hemos acabado perdidos, o frente a cortados imposibles de atravesar.
El sábado, comenzamos la ascensión desde el bien conocido Parking de Pont d´Espagne.
Esta vez me "obligan" a utilizar el servicio de teleféricos que hay instalado para ganar altura hasta que el acceso al Lago de Gaube no resulta más que un paseo turístico.
He recorrido tantas veces este precioso valle, que no saco ni la cámara de su funda en todo su recorrido hasta llegar al Refugio de las Oulettes de Gaube, donde tomaremos unas cervezas y almorzaremos tranquilamente. Como veréis, esta va a ser una de las tónicas del fin de semana: comer y beber. La verdad es que es un bonito sitio para hacer una parada...
Con la tripa llena continuamos la ascensión, que todavía nos queda un rato para llegar al siguiente refugio. Hay que subir ahora hasta la Hourquette d´Ossoue. Un vistazo al refugio desde esta subida. Al fondo se observa el Lago de Gaube:
También se ven los dos collados de paso al Valle de Ara, testigos los dos de los anteriores intentos a estas agujas, el de Oulettes a la izquierda, y el de los Mulets a la derecha.
Por fin llegamos al collado. Desde aquí vemos ya el Refugio de Baissellance:
Ahora sólo nos queda esperar hasta la hora de la cena, donde nos darán una rica crema de verduras de sobre y una carne cocida bien especiada y con un acompañamiento de trigo cocido.
Después de la cena saldremos a la calle y permaneceremos un buen rato contemplando la sopa de estrellas que tenemos encima de la cabeza.
A las cuatro de la mañana parto desde el refugio iluminado por una hermosa luna menguante que permite dislumbrar los perfiles de las montañas que me rodean.
Hay que perder altura irremediablemente siguiendo el recorrido de la GR-10 hasta llegar a la bifurcación que nos permitirá penetrar en la cada vez mayor morrena del glaciar.
Me calzo los crampones y voy ganando altura poco a poco sin necesidad de utilizar el frontal, ya que la luna permite ver perfectamente la traza en la nieve hasta llegar a la base del Pique Longue a las 06:05 horas.
Guardo los crampones, vuelvo a encender el frontal y comienzo la trepada en completo silencio (cosa rara en esta montaña) hasta la cima, donde llegaré a las 06:30 horas. (3298 m) (2ª ascensión a esta cima)
Todavía no ha amanecido, por lo que decido esperar a que claree algo antes de meterme en las aristas. Me siento en el suelo resguardado del viento en el interior de un murete de piedras situado en la misma cima y dejo pasar el tiempo tiritando de frío mientras observo como el horizonte se va tiñiendo de rojo.
A las 06:55, cuando creo que ya se ve lo suficiente, continúo la ascensión, esta vez siguiendo el cresterío que une esta cima con la del Clot de la Hount, donde llegaré a las 07:15 (3289 m) (2ª ascensión). Un vistazo atrás hacia el Pique Longue y el glaciar:
Ha llegado la hora de la verdad. Después de tantas descripciones leídas, tantas dudas, e incluso reproches de última hora por parte del guarda del Refugio de Baissellance, comienzo el descenso por la enigmática arista. Es una pena la mala calidad de estas primeras fotografías...
Este primer tramo es sencillo, aunque enseguida se afila la arista y hay que andar buscando la manera más sencilla de perder altura, unas veces por el mismo filo y otras por la izquierda de este.
A medida que perdemos altura, el terreno se empina cada vez más y la arista pasa a estar erizada de pequeñas agujas que nos obligan a realizar pequeños destrepes. A la bajada, los realicé por la izquierda del filo, pero durante la subida superé este tramo por la vertiente opuesta. Las dos tienen similar dificultad, aunque la vertiente derecha según bajamos, es más aérea.
A las 07:18 llego a la pequeña explanada que Jesule cita como referencia haciendo constar el cambio de color de la roca, que pasa de gris a rojizo. Hito.
La flecha indica la situación de esta explanada vista desde la Aguja SW de Cerbillona
Si nos asomamos al cortado que hay en la explanada, se aprecia la Aguja Superior más o menos a cien metros por debajo nuestro
Continuamos descendiendo por esta arista rojiza por el filo mismo. Sencillo. A la derecha se ven las Oulettes de Gaube y el valle homónimo.
De esta forma llegaremos a un evidente corredor pedregoso que enfila hacia la izquierda de la Aguja Superior. A partir de este momento dejaremos de perder altura por aristas y lo haremos por estos descompuestos canales. Hitos.
Este corredor es bastante ancho y no presenta cortados, por lo que se puede avanzar eligiendo la ruta más idónea en base a la calidad de la roca.
A medida que perdemos altura va surgiendo de los paredores que la ocultaban la primera de las agujas. Por fin, aquí está.
Sólo resta ganar unos metros de altura para acceder a una brecha (07:52), tras la cual surge otro empinado corredor:
Una vez en la brecha que se aprecia en la fotografía anterior, me quito la mochila, almuerzo tranquilamente y comienzo la trepada final.
En la fotografía siguiente se aprecia la aguja vista desde la brecha. El itinerario transcurre por la izquierda.
La trepada no presenta ninguna dificultad, la roca es sólida y presenta las suficientes presas para pies y manos como para subir tranquilamente.
En un suspiro llego a la cima, me dispongo a grabar en el gps la posicion de la cima y compruebo que se me han acabado las pilas. Vuelvo a bajar, las cambio y vuelvo a subir.
Ahora sí (08:13) Cima de la Aguja Superior (3115 m) (tresmil nº 170).
En la panorámica, se observa a mis pies la brecha donde está la mochila, y señalizado con la flecha superior el corredor de bajada. La flecha inferior señala el corredor por el cual hay que seguir descendiendo para acceder a la Aguja Inferior.
Descanso un rato en la cima observando como el sol comienza a iluminar las altas cumbres del Pirineo.
Avanzo un poco por la arista cimera para intentar localizar la Aguja Inferior, que se debe de encontrar justo debajo mío, pero no puedo certificar si es alguna de las que se aprecian:
(08:20) Vuelvo a destrepar a la brecha, dejo la mochila en el lugar y continúo el descenso hacia la Aguja Inferior. Este es el punto del descenso donde mayores confusiones suelen producirse. Hay que seguir perdiendo altura por el corredor que se encuentra a la derecha según miramos hacia el corredor por el cual hemos descendido.
Hay que evitar el descenso por el corredor que se encontraba frente a la brecha según accedíamos a ella, ya que, aunque en un primer momento se presenta como menos vertical y con mejor roca que el recorrido original, la continuación se debe de tornar finalmente muy peligrosa.
En este primer tramo hay que avanzar destrepando por una roca más o menos sólida por el corredor que poco a poco se va estrechando cada vez más. Hito. Un vistazo a este tramo una vez superado:
Veo nieve al fondo del corredor, y confío en que la pueda esquivar sin tener que arrepentirme de no haber bajado la mochila. Cuando llego a la nieve, el corredor gira hacia la derecha encajonado entre las paredes, pero afortunadamente, compruebo que entre el tramo nevado y la roca existe un pequeño pasillo seco que me va a permitir meter las botas y descender sin apenas pisar nieve.
Cuando el corredor deja de tener la apariencia de cañón encajonado llegamos a un punto desde el cual contemplamos por fin como asoma la Aguja Inferior a nuestra altura y a la derecha, detrás de otra pequeña brecha:
Dejamos de perder altura por este empinado corredor que cae hacia el Valle de Ara, y giramos hacia nuestra derecha (hito) para, tras bordear la pedregosa ladera, comenzar la ascensión hacia la brecha situada entre una visible aguja a la izquierda y el paredón que cae de la Aguja Superior a la derecha.
Una vez en la brecha, vemos por fin la aguja en su totalidad:
He llegado al tramo más comprometido del recorrido. Las diferentes descripciones hablan de un enorme bloque que hay que destrepar por una zona muy aérea.
A pesar de que las referencias que tengo comentan que el descenso se debe de realizar por la izquierda del bloque siguiendo el sentido de marcha, me asomo por la derecha de este, ya que esta vertiente no presenta esa sensación de abismo sin fondo que presenta el lado izquierdo, y compruebo que el descenso es factible haciendo oposición entre el bloque y la pared.
Para destrepar el último tramo, extraplomado, es necesario hacer un poco de malabarismos para penetrar en el interior de la fisura por la cual estoy descendiendo hasta hacer pie en el suelo y finalizar tranquilamente andando.
Un vistazo a este tramo visto desde la cima de la aguja con el recorrido dibujado:
Comienzo la trepada final a la brecha emocionado por que nada me puede impedir ya la ascensión, mientras voy ganando altura por una sencilla repisa en diagonal hacia la derecha.
La aguja vista desde la brecha:
(08:45) Llego a la estrecha cima (3043 m) (tresmil nº 171)
No permanezco mucho tiempo en la cima, y tras dejar un papelito con mi nombre entre los piedras del hito cimero,
a las 08:51 comienzo la ascensión, ya que he quedado citado con mis compañeros en la cima del Pique Longue, y no me gustaría hacerles esperar y sobre todo el que piensen que me ha ocurrido algo.
Vuelvo a superar el bloque por el mismo lugar que utilicé para destreparlo, y sin tener que andar esta vez con la incertidumbre de localizar el recorrido, llego a la Brecha de la Aguja Superior, de donde recojo la mochila y continúo la ascensión.
Contrariamente a lo que cabría esperar, el ascenso por los corredores se hace rápido, sin que el camino se vaya desmoronando a cada paso, tal y como recordaba la ascensión de la Aguja SW de Cerbillona al Cerbillona, una agotadora subida.
Unas imágenes de este tramo de ascensión hasta llegar a la cima del Clot de la Hount:
A las 09:43 llego por fin a la cima del Clot de la Hount
No tengo esa sensación de alivio que citó Hipólito Maestro en su obra "¡Qué bonitos son los Pirineos!" por haber emergido de los infiernos. Sinceramente, reconozco que no ha sido tan duro como había supuesto. No son unas cimas bonitas y recomendables, pero tampoco digo que no volvería a ascenderlas, ya que después de estudiar el recorrrido desde la Aguja Inferior, sigo pensando que es factible la ascensión directa a estas cimas desde el Valle de Ara cuando los corredores estén nevados.
Desde la soledad de la cima me siento a almorzar mientras escucho todo el revuelo que hay en la cima del Pique Longue y contemplo a los montañeros subir a esta cima. Después de casi seis horas en la más completa soledad , me resisto al retorno a la "sociedad":
No oigo ni veo a mis compañeros, por lo que supongo que andarán todavía por el glaciar.
Por fin, después de atravesar la arista que une esta cima con el Pique Longue...
vuelvo a pisar la cima del Pique Longue a las 10:20.
Me vuelvo a sentar dentro del murete de piedras, con la diferencia esta vez, de que el sol calienta con ganas.
A las 10:45 veo asomar la cabeza a mis compañeros trepando por la vía normal
Están entusiasmados. Los más jóvenes no conocían el macizo, y un día como el que nos está haciendo, es desde luego de los que crean afición.
Permanecemos casi una hora en la cima, pero finalmente hay que comenzar el descenso.
Ayer dejamos uno de los vehículos en el Parking de la Fruitière, en el Valle de Lutour, con la idea de realizar una bonita ruta circular como complemento a la ascensión, y todavía nos quedan muchas horas de caminata hasta llegar allí. Varias imágenes del destrepe por la vía normal:
Una vez en el glaciar comenzamos el descenso por este.
Un vistazo al Piton Carré y a la Punta Chaussenque. Ellos durante la subida se han asomado a la brecha del Couloir de Gaube:
El Pique Longue se va quedando atrás
De izquierda a derecha observamos el Petit Vignemale, el Refugio de Baissellance, el Col de Labas por donde descenderemos al Valle de Lutour, y al fondo los macizos del Neouvièlle y el Pic Long:
Una vez fuera del glaciar y las morrenas, comenzamos la penosa subida hacia el refugio a recoger nuestras cosas.
Un vistazo al glaciar que hemos dejado atrás:
A las 14:15 llegamos al refugio, donde volveremos a parar a comer.
Un vistazo desde aquí al macizo del Monte Perdido y el Circo de Gavarnie
Así se ve el Pique Longue, y sobre todo el Petit Vignemale, desde el refugio:
A las dos de la tarde comenzamos la ascensión al Col de Labas, situado entre los picos de la Sède y de Labas, una de las puertas de acceso al Valle de Lutour.
Aunque visto de lejos parece imposible que pueda existir un camino, la verdad es sí que lo hay: un aéreo sendero va evitando los tramos más complicados sin que apenas haya que utilizar las manos para algúna pequeña trepada.
Hay que evitar los traspiés, y el atravesarlo con nieve es demasiado expuesto, pero las vistas que se observan desde él, justifican el recorrido:
Desde el falso collado que hay antes del auténtico, nos despedimos por última vez del macizo al cual hemos ascendido
Para llegar al collado todavía tendremos que andar un poco más:
A las 15:30 llegamos al collado. Desde aquí vemos muy lejos el fondo del valle a 1400 metros por debajo nuestro.
Los primeros cientos de metros de desnivel se realizan por un inmenso pedregal, por lo que intentaremos evitarlo bajando todo lo que podamos por la nieve.
Llegamos a un balcón desde donde contemplamos el fondo del valle con el bonito Lago de Estom y el Pico de Ardiden sobresaliendo sobre el resto de cimas.
Se aprecia por la izquierda de la fotografía el sendero que utilizaremos para llegar la lago:
Esta bajada se hace muy pesada. La pendiente es muy fuerte...
El Lago de Estom, un precioso lugar:
A las 17:30 llegamos al Refugio de Estom, donde volveremos a pararnos a tomar unas cervezas.
Ya sólo nos queda descender hora y media por el bonito valle hasta llegar al parking y bar de La Fruitière, donde llegaremos un poco antes de las ocho de la tarde.
Una vez recogido el coche tendremos que volver al Parking de Pont d´Espagne situado a unos 7 km de carretera y comenzar ya de noche el retorno a casa.