Ascensión al Pico Tempestades y a la Punta Brecha Tempestades en compañía de Fidel y Luis desde el Refugio de Vallibierna. Se trata de un ascensión especial para Fidel, ya que en esta última cima termina su periplo por todos los tresmiles de la cordillera.
Habíamos programado una ascensión que estuviese a la altura de las circunstancias, y para ello queríamos haber realizado la Arista del Tempestades, que partiendo de esta cima llega hasta el Aneto.
La información metereológica era muy pesimista y anunciaba tormentas por la tarde, por lo que descartamos el realizar el cresterío completo e ir hasta la cima y volver por el mismo itinerario. Nos conformamos con escalar el tramo de cresta que une el Pico Tempestades y la Punta Brecha Tempestades, un tramo que ninguno de los tres conocía, ya que tanto Luis como yo, habíamos soslayado por los corredores de la vertiente de Llosas las dificultades de la arista, aunque como finalmente veríamos, una cosa es lo que el hombre propone....
Les tomaré prestadas algunas fotos. Luis tiene descrita la ascensión en su blog.
Llegamos Fidel y yo ya de noche al Parking de Senarta -en donde pensamos dormir bajo el techo de la oficina de información- bajo una impresionante tormenta. Empezamos bien...
Al día siguiente, Luis nos viene a buscar y a las 05:15 horas tomamos el primer bus que sube hacia Vallibierna, el que llaman Autobus de las Nubes (será por el precio...).
Siguiendo la GR-11, un poco antes del desvío hacia el Collado de Vallibierna ya ha clareado lo suficiente como para apagar los frontales. El Vallibierna ya está iluminado por el sol:
Nosotros continuamos en busca de la vía normal al Pico Tempestades siguiendo el torrente que baja al Ibón de Llosás.
Un vistazo a la Arista de Llosás, un recorrido que hicimos los tres hace ya unos años en compañía de Joseba:
Vamos remontando siguiendo unos hitos a través de laderas herbosas y grandes caos de bloques, manteniendonos en todo momento en paralelo a la Arista Sur del Tempestades.
Yo no ando muy fino y me voy quedando atrás. Una tendinitis en el hombro a comienzos de año me desanimó completamente y apenas he entrenado nada esta temporada. Y eso se nota....
Ahí mismo tenemos el pico...
pero antes tendremos que atravesar todo este pedregal...
Comprobamos con inquietud, como el día tan precioso que hacía se está estropeando y la llegada a cima la hacemos bajo una tupida niebla que nos impide ver más de allá de unos pocos metros:
Tempestades
¿Qué hacemos? Está claro que meterse en la arista sin poder ver la continuación no es lo más sensato...
por lo que optamos por dejar las mochilas con todo el material de escalada que hemos cargado hasta aquí (otra vez más...) e ir directamente a la cima de la Punta Brecha Tempestades utilizando los descompuestos corredores que evitan el cresterío. Yo ya conocía el itinerario de cuando lo recorrí con Gorka. Es preciso ir perdiendo altura:
Hay que ir con cuidadín, ya que está todo roto-roto:
Ahí mismo tenemos la punta, pero para acceder a ella debemos de perder altura para trepar por ese empinado corredor que se aprecia a su izquierda.
Vamos para allá...
Ultimas trepadas. Curiosamente, aparece el sol. ¿Será que quiere ser partícipe de la celebración?
¡Animo Fidel, que ya está!
Punta Brecha Tempestades. Momento muy emotivo. Tanto Luis como yo hemos pasado por esto y los recuerdos nos hacen saltar las lágrimas...
El protagonista del día sentado en su trono contemplando el plan inicial.
Ya sólo nos queda volver al Pico Tempestades, recoger las mochilas y bajar de nuevo a esperar el autobús. Un poco más abajo del Ibón de Llosás un resbalón en una roca me hace perder el equilibrio y caer sobre unos arbustos, clavándome la camára de fotos en las costillas. Resultado: una costilla fisurada y esto a tres días de partir hacia el Atlas..... ¡Vaya año!
Por cierto, la jornada acabó con celebración:
Luis Pedro Peña Santiago dedicó un libro a sus viejas botas. Este es el homenaje de Fidel a sus compañeras de ascensiones....
19 de agosto de 2014
6 de julio de 2014
GRAND QUAYRAT DESDE EL REFUGIO DE ESPINGO
Ascensión al Pico Grand Quayrat partiendo desde las Granges d´Astau y pernoctando en el Refugio de Espingo, en compañía de Ainhoa, Ana, Asier y Jon.
La idea original era haber realizado el cresterío Belloc-Spijeoles, pero los avisos de tormenta para el mediodía nos hicieron cambiar el recorrido y buscar una alternativa que nos permitiese finalizar la ascensión antes de esa hora, así además, nos quitábamos la espinita de hace unos años.
El domingo amanece bastante nuboso. Ya veremos si aguanta....
Nuestro objetivo inicial:
Y nuestro objetivo final:
Poco a poco vamos ganando altura.
El sendero está bien marcado, hay que dirigirse hacia ese primer contrafuerte rocoso...
y remontarlo.
El refugio va quedando abajo.
Ahora debemos de atravesar este caos de rocas en dirección al contrafuerte situado entre el Petit y el Grand Quayrat:
El cielo cada vez está más cargado de nubes...
Llegamos a una gran placa nevada. Aunque llevamos crampones, el estado de la nieve nos permite atravesarla sin necesidad de utilizarlos.
Nada más pasar este tramo, empiezan a caer unas pocas gotas que se convierten en una tormenta en pocos minutos. Buscamos refugio bajo un gran bloque y esperamos. Parece que se han adelantado las tormentas...
Momentos de duda: ¿qué hacemos?. Todavía nos quedan varias horas de ascensión y como nos pille otra tormenta por ahí arriba las vamos a pasar mal. ¡Venga, nos arriesgaremos!
Continuamos superando los graderíos que nos permiten ganar altura por esta muralla.
Llegamos a un pequeño corredor herboso que nos permitirá acceder al gran corredor que se dirige hacia el Col de Quayrat.
El refugio ha quedado muy abajo:
A partir de ahora el utilizar las manos va a ser una constante hasta la cima.
Llegaremos a la altura del Col, en donde dejaremos las mochilas para ganar altura más rapidamente. La meteo parece que está aguantando, pero por si acaso...
Un vistazo atrás al precioso Petit Quayrat:
Ganamos altura trepando a través de la arista N...
hasta llegar al Grand Quayrat N. (Qué recuerdos....)
Ahí mismo tenemos la cima principal:
El itinerario evita este agudo tramo de arista y lo bordea por la izquierda. Es necesario perder unos metros de altura...
y ganar los metros finales a través de esta pedregosa vertiente.
Tenemos el famoso monolito cimero sobre nuestras cabezas:
Última trepada:
Y ahora sí: ¡CUMBRE!
Los tragos de cava de rigor y para abajo corriendo...
Recogemos las mochilas de nuevo y seguimos bajando. A la altura del último nevero que tuvimos que atravesar durante la subida me doy cuenta de que me he dejado la cámara fotográfica en el collado. Nada, tendré que subir otros 300 metros de propina, mientras mis compañeros siguen bajando.
Después de recogerla y cuando estoy a una hora del refugio, empiezan a oirse los primeros truenos. Durante la última media hora camino bajo una tromba de agua hasta llegar al refugio completamente empapado. Mis compañeros han librado la tormenta por poco. En fin.....
La idea original era haber realizado el cresterío Belloc-Spijeoles, pero los avisos de tormenta para el mediodía nos hicieron cambiar el recorrido y buscar una alternativa que nos permitiese finalizar la ascensión antes de esa hora, así además, nos quitábamos la espinita de hace unos años.
El domingo amanece bastante nuboso. Ya veremos si aguanta....
Nuestro objetivo inicial:
Y nuestro objetivo final:
Poco a poco vamos ganando altura.
El sendero está bien marcado, hay que dirigirse hacia ese primer contrafuerte rocoso...
y remontarlo.
El refugio va quedando abajo.
Ahora debemos de atravesar este caos de rocas en dirección al contrafuerte situado entre el Petit y el Grand Quayrat:
El cielo cada vez está más cargado de nubes...
Llegamos a una gran placa nevada. Aunque llevamos crampones, el estado de la nieve nos permite atravesarla sin necesidad de utilizarlos.
Nada más pasar este tramo, empiezan a caer unas pocas gotas que se convierten en una tormenta en pocos minutos. Buscamos refugio bajo un gran bloque y esperamos. Parece que se han adelantado las tormentas...
Momentos de duda: ¿qué hacemos?. Todavía nos quedan varias horas de ascensión y como nos pille otra tormenta por ahí arriba las vamos a pasar mal. ¡Venga, nos arriesgaremos!
Continuamos superando los graderíos que nos permiten ganar altura por esta muralla.
Llegamos a un pequeño corredor herboso que nos permitirá acceder al gran corredor que se dirige hacia el Col de Quayrat.
El refugio ha quedado muy abajo:
A partir de ahora el utilizar las manos va a ser una constante hasta la cima.
Llegaremos a la altura del Col, en donde dejaremos las mochilas para ganar altura más rapidamente. La meteo parece que está aguantando, pero por si acaso...
Un vistazo atrás al precioso Petit Quayrat:
Ganamos altura trepando a través de la arista N...
hasta llegar al Grand Quayrat N. (Qué recuerdos....)
Ahí mismo tenemos la cima principal:
El itinerario evita este agudo tramo de arista y lo bordea por la izquierda. Es necesario perder unos metros de altura...
y ganar los metros finales a través de esta pedregosa vertiente.
Tenemos el famoso monolito cimero sobre nuestras cabezas:
Última trepada:
Y ahora sí: ¡CUMBRE!
Los tragos de cava de rigor y para abajo corriendo...
Recogemos las mochilas de nuevo y seguimos bajando. A la altura del último nevero que tuvimos que atravesar durante la subida me doy cuenta de que me he dejado la cámara fotográfica en el collado. Nada, tendré que subir otros 300 metros de propina, mientras mis compañeros siguen bajando.
Después de recogerla y cuando estoy a una hora del refugio, empiezan a oirse los primeros truenos. Durante la última media hora camino bajo una tromba de agua hasta llegar al refugio completamente empapado. Mis compañeros han librado la tormenta por poco. En fin.....
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