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11 de septiembre de 2015

CRESTERÍO DE LAS FRONDELLAS

Ascensión en solitario a los picos Frondella Central, Pico de la Frondella, Frondella Norte y Aguja Cadier desde el Refugio de Respomuso,  ascendiendo a la primera de las cimas a través del Contrafuerte Ledormeur.
La cartografía oficial (SITAR) hacía años que había descatalogado al Pico Frondella SW de la categoría de tresmil (actualmente 2992 m.), por lo que ya no es necesario ir hasta él si simplemente se desea tachar la cima del listado. Ahora el tresmil más occidental pasa a ser el Frondella Central.
En el libro más reciente escrito sobre los tresmiles del Pirineo (PIRINEOS Guía de los 3.000 m de Luis Alejos, 4ª edición, Sua Edizioak, Julio 2015), ya no aparece reseñada esta cima.
Por cierto, esta última edición del libro ha modificado el número de tresmiles que pasa a ser de 217, al descartar los picos que no cumplían los requisitos para serlo, e incluyendo otros 16 que sí los cumplirían.
Además de la ascensión, iba con la idea de medir una impresionante aguja situada al SE del Frondella Central, justo a la derecha del Corredor Vallot y que el SITAR situa por encima de los 3.000 metros.
En la red hay varias fotos de su vertiente sur, pero ninguna que la mostrase de lado para poder comprobar la existencia de alguna brecha que la una a la pared y poder determinar así su prominencia.
La aguja tiene nombre, Aguja Negra. El topónimo se lo puso el montañero francés Enri Le Breton  y aparece citada por primera vez en los Carnets de Jean Arlaud Tomo II a pie de página durante el descenso en 1932 del Infierno Oriental por la Aguja Bicolor y escribe: «Aiguille bicolore est analogue à l´aiguille noire de la Frondella».
Aparece representada en el libro de Miguel Angulo "Pirineos 1000 ascensiones. Tomo II de Somport al Vignemale en un mapa a doble página, pp.184-185 con una altura de 3.010 m.
También aparece en un croquis de la Guide Ollivier de 1951, en la pag. 226. "Aig. Noire", al igual que en el libro de Jesús Rodriguez Pozo "El Macizo de Balaitous" San Sebastián, Copygros, 1984, p.4.
Le agradezco a Francisco Termenón "FTer" el trabajo que se tomó para facilitarme toda la información bibliográfica.
En esta fotografía aparecen reseñadas las referencias para situar este Grand Capucin en miniatura.
Después de pasar la noche en el Refugio de Respomuso, a las 07:00 horas comienzo a andar. La meteo no está asegurada, hay anunciada tormenta por la tarde. A ver si no me mojo como ayer durante la subida al refugio...
A las 07:20, teniendo a la vista los tridentes de la Cresta del Diablo...

dejo el sendero que se dirige hacia el Balaitous a través de la Brecha Latour y enfilo hacia el evidente espolón rocoso de la Arista Le Bondidier. El camino está perfectamente hitado.

El cielo comienza a colorearse detrás de la Gran Facha...
Al igual que la Frondella SW.

Sigo ganando altura. Ya tengo a la vista toda la vertiente sur del cresterío, así como la Comba Vallot, el pequeño valle por el que discurren las vías que suben a la vertiente sur de las Frondellas.

Por fin asoma la Aguja Negra:

A las 08:20 paro un rato para hidratarme y estudiar el recorrido:

Han comenzado a entrar nubes y esta va a ser la tónica de toda la travesía:

Dejo el sendero que se dirige hacia el Corredor Vallot y comienzo a remontar el Contrafuerte Ledormeur. De momento sólo hay que andar.

Aunque en seguida hay que comenzar a trepar. La dificultad de la vía es PD.


Un vistazo atrás. Asoma el Embalse de Respomuso entre las nubes.

Otro momento de tregua y sólo andar:

Otro vistazo atrás:

Por fin llego a la altura de la Aguja Negra. Me emociono al ver que existe una pequeña brecha, aunque desde esta distancia no puedo determinar la prominencia y está claro que no va a ser mucha.  A ver si hay suerte y rebasa los diez metros necesarios...

He dejado atrás el tramo más aéreo de la cresta:

Me despido de la Aguja Negra. Ya veré más tarde por donde puedo bajar hasta esa brecha...

Ya sólo queda un corto paseo hasta la cima de la Frondella Central, pero antes me acercaré hasta una cota desde la cual echo un vistazo al cresterío que se dirige hacia la Frondella SW.

Al fondo de esta bonita arista destaca la Frondella más occidental.

Algún grafitero ha denominado erróneamente a esta cota como Pico Central Frondella. Mirando atrás veo asomar al fondo el Balaitous. Una de las pocas ocasiones en las cuales lo voy a poder ver.

En un pis-pas me acerco hasta la primera cima del día, el Frondella Central. 09:45.

desde donde contemplo la mole del Balaitous. También veo iluminada por el sol la última cima del día, la Aguja Cadier. Va a ser la única vez en todo el día en que la voy a poder ver.

Hago una parada larga para comer algo e ir preparando el material para bajar a la aguja. Mientras tanto, las nubes han vuelto a hacer acto de presencia y ya no desaparecerán.
La Gran Facha y el Vignemale al fondo, luchan contra ellas:

Tras el descanso, comienzo a perder altura por la pedregosa ladera SE del Frondella Central hasta asomarme al borde de la pared. La Aguja Negra está ahí mismo:

El terreno está roto-roto. Voy perdiendo altura poco a poco hasta comprobar que seguir bajando es jugársela demasiado, por lo que vuelvo a trepar hasta el borde y preparo un rápel con la cuerda de 60 metros que he traído. Cuesta encontrar un lugar seguro desde donde poder montar el rápel, no hay piedra que no se mueva. Al final, con tres cintas largas atadas a grandes bloques y unidas entre sí, vuelvo a bajar hasta colocarme a la altura de la cima de la aguja. Miro hacia abajo y compruebo con pena que no hay diez metros hasta la brecha, como mucho,  siete u ocho. Bajo hasta la estrecha brecha y mientras dejo el gps promediando la altura, trepo por la aguja. A diferencia de la pared por donde he bajado, la roca de la aguja es de un granito muy compacto. No subo hasta la cima, una caída me haría dar un enorme vuelo, por lo que vuelvo a bajar a la brecha y comienzo a subir autoasegurándome con un shunt. Entre bajar y subir, he perdido hora y media.
Vuelvo a subir al cresterío y llego al Pico de la Frondella. 11:50.

A por la siguiente cima, el Frondella Norte. Debe de estar por allí:

En este tramo hay que utilizar a menudo las manos y atravesar tramos aéreos.
12:02 Frondella Norte. La visibilidad es nula.

Sin ver nada, el descenso hasta la Brecha Cadier es complicado. Me cuesta localizar los hitos que van señalando el itinerario, pero finalmente llego a ella. La Aguja Cadier está justo encima:

12:45. Aguja Cadier.

Vuelvo a bajar a la brecha y comienzo el descenso por el descompuesto corredor.

Un vistazo arriba cuando ya llevo descendidos unos cuantos metros:

Más abajo el corredor se encajona:

Vistazo atrás una vez destrepado un tramo vertical:

Otro tramo vertical que superaré destrepando por las rocas de la izquierda:

Finalmente salgo del corredor. He tardado 45 minutos en bajar desde la cima de la Aguja Cadier.

Han sido momentos de gran tensión, el terreno estaba muy descompuesto. Se que había alternativas que evitaban el fondo del corredor por las paredes de la Aguja Cadier, pero la niebla me impedía localizar los pasos.
Según pierdo altura la niebla se disipa y al llegar de nuevo al Refugio de Respomuso un espléndido sol me acompañará hasta llegar al Embalse de La Sarra.

Pero antes de llegar a La Sarra, volveré a pasar -por tercera vez este año- por el fatídico lugar en el cual se tropezó Ana:

10 de enero de 2015

INTENTO AL BALAITOUS... Y ACCIDENTE

Intento de ascensión al Balaitous en compañía de Ainhoa, Ana, Idoia, Asier, Joseba y Jon.
Ha pasado el tiempo suficiente como para que me anime a colgar este reportaje, ahora que todo ha quedado en un buen susto después de los momentos más angustiosos que hemos vivido en la montaña.
Subimos al Refugio de Respomuso con la idea de cumplir un sueño que tenían dos amigos compañeros habituales en nuestras últimas salidas en grupo al Pirineo -Ainhoa y Jon-, que les apetecía subir a su primer tresmil invernal, el Balaitous, después de otro intento fallido el año pasado al Taillon. Así nos vendría bien como entrenamiento para una salida en verano que tenemos pensada a Alpes. Venían Ana y Asier, al igual que Idoia, hija de Ana, y Joseba, su novio. La verdad es que no escogimos uno de los "fáciles", pero de llegar a la cima, hubiese sido una preciosa experiencia.
La meteo no estaba asegurada, daban nevadas para el día 11 por la mañana después de una semana de anticiclón, pero bueno, el resto teníamos la suficiente experiencia para saber si nos tendríamos que dar la vuelta o no...
El sábado subimos tranquilamente y cenamos en el refugio. El mal tiempo previsto para el día siguiente hizo que se anulasen las reservas previstas y que tuviésemos todo el refugio para nosotros, lo que nos permitió disfrutar de la compañía en solitario del gran URSI ABAJO
De derecha a izquierda, Asier, Joseba, Idoia, Jon, Ainhoa, Yo y  Ana.

A las 08:00 del domingo comenzamos a andar. Hace poco que ha comenzado a nevar después de una preciosa noche y un molesto viento nos golpea fuerte, lo que nos obliga a salir completamente equipados del refugio. La visibilidad, de momento, es bastante buena.

Comenzamos a remontar el Barranco de Respomuso.


Idoia y Joseba deciden darse la vuelta y regresar al refugio.
A medida que ganamos altura se intensifica la nevada y la visibilidad va disminuyendo...



La cantidad de nieve caída nos hace perder mucho tiempo abriendo huella...

hasta llegar a un punto en el cual la visibilidad era nula y teníamos que avanzar siguiendo las indicaciones del gps:

Tenemos la suerte de que tal y como estaba anunciado, la meteo empieza a mejorar y nos permite ver la Brecha Latour. Hacia allí nos dirigimos...

Este tramo nos va a reventar... sobre todo al que va primero abriendo huella...


El fuerte viento que hace, unido a las pequeñas coladas de nieve que caen espontáneamente, hace que "de miedo" llegar al corredor...

Después de un buen rato de "pelea" conseguimos llegar a la base del corredor. Afortunadamente, el tiempo ha mejorado bastante y podemos ver perfectamente la continuación del recorrido:


Asier se pondrá en cabeza y nos irá abriendo el camino al resto
La nevada ha provocado que el tramo rocoso de ascensión esté cubierto de una ligera capa de nieve, que lo vuelve muy peligroso, por lo que subiremos directamente por la nieve y ya veremos arriba...

Disfrutaremos mucho de este precioso tramo:



Subiremos hasta el final del corredor. Asier sube sube un poco más para ver como se encuentra el tramo superior:

Nada, demasiada nieve. El continuar hasta la cima nos llevaría todavía bastante más de una hora, con lo cual, si tenemos que bajar hasta el Embalse de La Sarra se nos hará tardísimo. Hay que abandonar. Montaremos un rápel para bajar con seguridad el corredor...


y continuaremos el descenso tranquilamente. ¡Cómo ha cambiado el panorama en estas pocas horas!




Último vistazo al Balaitous y a la Torre de Costerillou:

La Cresta del Diablo:

Ahí mismo tenemos ya el refugio:

Estaremos un buen rato en él reponiendo fuerzas hasta que no hay más remedio que continuar el descenso hasta los vehículos. Abandonamos el refugio con las últimas luces del día:

Ursi nos había indicado que Idoia y Joseba habían bajado hacía tiempo y que nos esperarían en el parking. Al no poder contactar con ellos para indicarles que toda ha ido bien, decido bajar más rápido que mis compañeros para tranquilizarlos
A las 20:00 horas llego al parking, no hay nadie. Se ve que se han aburrido de esperarnos con el frío que hace (estamos a bajo cero) y han decidido comenzar la vuelta a casa.
Me cambio, arranco el motor para que se vaya calentando el interior y espero...
A las 20:20 veo avanzar una luz sola. Qué raro, sólo una... Aparece Ainhoa y me dice que ella y Jon iban por delante de Ana y Asier, aunque no les veían, y que le han oído gritar a este último.
Le digo que seguramente Ana se habrá resbalado -en algunos lugares el amplio sendero era una pista de hielo) y se habrá dado un mal golpe. Me vuelvo a cambiar, cojo los bastones y tiro para arriba. Ainhoa se queda sola...
Al cuarto de hora me cruzo con Asier, que baja corriendo. Me dice que Ana se ha tropezado, se ha caído rodando por el barranco y no puede ver donde está. ¡No puede ser! Ya se lo que significa una caída por ahí, precisamente estuvimos hablando de ello durante la subida. Asier había conseguido hablar con el 112 y la Guardia CIvil y el rescate estaba en marcha. Le han indicado que les espere en el parking de La Sarra. Nos despedimos y acelero más, si cabe, el ritmo. Las lágrimas me corren por las mejillas. Asier ha dejado su mochila en el punto en el cual le perdió de vista, Jon también debe de estar por allí arriba.
Por fin veo la luz de Jon y él también me ve. Está por debajo del camino, agarrado a un árbol y le oigo gritar: ¡ANAAAAA, MARTÍN ESTÁ AQUÍ! ¿Como? ¿Está viva? Bajo lo más rápido que puedo hasta donde está él. El terreno es vertical y hay que perder altura con mucho cuidado, agarrándose a veces a los árboles. Me dice que le oye gritar por debajo de donde está él, pero no la puede ver, la luz del frontal no ilumina tanto. Intento buscar un paso que me permita descender el cortado que tenemos a nuestros pies. Imposible, todo acaba en una pared vertical. Subo de nuevo al camino a localizar la mochila de Asier -dentro llevaba material de escalada-.
Saco todo lo que creo necesario y vuelvo a bajar buscando un gran tronco que me permita montar un rápel seguro.
Lo consigo y tras unos angustiosos minutos desenrollando el nudo de la cuerda mientras le oía gritar a Ana, comienzo el rápel aéreo sin saber si la cuerda llegará hasta la base. Hubo suerte, sobrarán unos diez metros, por lo que el tramo vertical tendrá unos veinte. Ana se encuentra en una pequeña playa rocosa al borde del río, rodeada de estalagmitas de hielo (estamos a bajo cero...), completamente mojada . Está sangrando de la cabeza, está pálida y muerta de frío. Ha caído rodando 30 metros por el barranco, más los 20 por el aire hasta caer a una poza de agua que le ha salvado del golpe. Se quitó la mochila, ya que la tenía completamente llena de agua y no podía con el peso, la dejó entre las rocas, y anduvo por el río hasta llegar a la pequeña playa. Intentó subir por la fuerte pendiente, pero al resbalarse, decidió permanecer quieta en el lugar; y allí estuvo 30 minutos sola y a oscuras hasta que Jon contactó con ella.
Le ayudo a alejarse del agua y subir un poco hasta una zona de tierra y hojas en donde nos sentamos. Recuerda todo lo que le ha pasado (no ha perdido la consciencia) y no presenta fracturas en brazos ni piernas. Le quito toda la ropa superior y le dejo mis guantes, gorro y forro polar. Estamos abrazados, le froto la espalda y echo aire caliente por el cuello constantemente. No podemos hacer nada más que esperar al equipo de rescate. El tiempo no corre. Ella ha dejado de tiritar (señal de que la temperatura corporal ha bajado de 32 grados). Comienza a decir cosas incoherentes.... minutos angustiosos... Un frío horroroso...
A la hora y cuarto Jon nos grita que se ven luces por el camino y un poco más tarde vemos las luces junto al árbol desde donde he rapelado. Cae una gran piedra junto a nosotros. Le digo a Ana que tenemos que salir de ahí en seguida y tirando de ella llegamos a una zona más segura. Al poco, baja un miembro del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil de Panticosa, Paco. Bromea con Ana, le coloca unos calentadores químicos en los sobacos, le pone por encima su forro polar y vuelve a subir por la cuerda con un jumar para comenzar a montar el polipasto con el cual la izarán. Otra vez nos quedamos solos.... Ana grita que no puede respirar... aguanta, aguanta, que están encima nuestro...
A la media hora vuelven a bajar Paco y Fernando Desportes, el médico. Este último le hace un reconocimiento rápido y se queda muy preocupado por el estado de hipotermia que presenta. Comienzan a izarla poco a poco.
Llega al final del tramo vertical, en donde le espera Jaime (nos hemos enterado de que ha sufrido hace poco una rotura de tibia y peroné a consecuencia de otro rescate). Paco ha ido subiendo con ella, y Fernando lo ha hecho más tarde.

Sube andando mientras tiran de ella hasta el sendero, en donde montarán un "punto caliente" en el cual permanecerá abrazada a Asier y Jon hasta que vuelve a tiritar de nuevo. Ya pueden comenzar el descenso en camilla hasta La Sarra, en donde está esperando una ambulancia medicalizada:

Es mi turno de subir. Paco me grita si se subir con un puño jumar y un gri-gri. La verdad es que nunca he utilizado este último para esto, pero le digo que me imagino que no habrá problemas. Lo intentaré...
Estoy reventado, no tengo fuerzas para subir y Paco, que me anima constantemente, me va poco a poco ayudando a subir. Una vez superado el tramo vertical, el resto es un paseo. Por fin he entrado en calor yo también...
Volvemos a subir hasta el camino, en donde están Asier y Jon. Ayudamos a Paco a recoger todo el material , comemos unos higos secos que nos ofrece y bajamos hasta el parking. Ana está siendo atendida en la ambulancia. Cuando me lo autorizan, entro a ella (parecía una sauna del calor que hacía dentro). Ana está sonriendo, nos abrazamos y esta vez sí, lloro de felicidad. A las tres de la madrugada abandonamos todos La Sarra en dirección al Hospital de Huesca.
Ana solamente sufrió un aplastamiento de dos vértebras y una fisura a la altura del tobillo. Es dura la tía...
A día de hoy está casi completamante recuperada y cuando acabe la rehabilitación, no dudo en que volverá a dar guerra.
En cuanto al EREIM de Panticosa y la Sección de Montaña de Jaca, qué se puede decir... Seguimos en contacto y saben perfectamente lo que les debemos. En cuanto estemos en condiciones, allí iremos a celebrar que Ana ha tenido que volver a cambiar su fecha de nacimiento.
Tres días más tarde Asier, Iñigo -el hijo de Ana, y otros amigos volvieron al barranco a recuperar todo lo que había perdido. Esta vez con neopreno...
Así se veía el tramo aéreo por el cual cayó. Si os fijáis, se ve la mochila en el río.

Visto desde abajo:

Y a la izquierda se aprecia la pequeña playa en donde estuvo esperando tras recorrer el fondo del barranco a oscuras:

Asier y Sua buscando la cámara de fotos que Ana llevaba colgando del cuello. Apareció, suerte que era sumergible...