Ascensión en solitario al pico del Casco siguiendo la vía normal de la Brecha de Roland y el Collado de los Sarrios.
El día anterior había ascendido al Taillón por la vía del Glaciar de los Gabietos y bajé a dormir en el Refugio de Sarradets.
Tras pasar una heladora noche en el refugio, a las 07:20 comienzo a ganar altura en dirección a la visible Brecha de Roland.
La nieve está completamente helada, por lo que es necesario calzarse los crampones desde la misma puerta del refugio. La cima del pico vista desde este último:
Sin apenas parar, gano altura rápidamente debido a lo empinado del terreno y a las 07:47 llego por fin a la Brecha. Como suele ser habitual, un fuerte viento barre esta frontera natural entre los dos paises. El sol todavía no ha comenzado a pegar en la vertiente oeste del pico, por lo que la travesía que nos va llevar hasta el Collado de los Sarrios se encuentra más helado si cabe, que el tramo recorrido hasta ahora.
Hay que perder unos 80 m. de altura bajo el extraplomo que forma el pico y de esta forma llegaremos al conocido "Paso de los Sarrios", un tramo empinado con una fuerte caida a nuestra derecha. El cable metálico que asegura este paso se encuentra tapado por la nieve por lo que no hay duda acerca de si hay que agarrarse a él o no. A estas horas, y estando la nieve como está de dura, es muy seguro pasar por el paso. Los crampones se agarran con fuerza y con cuidado, se pasa perfectamente el paso, aunque impresiona, todo hay que decirlo...
Seguimos bordeando la pared, y sin necesidad de perder altura para llegar al Collado de los Sarrios, continuamos hasta llegar justo al sur del pico.
Panorámica de este tramo sacada el día anterior desde la travesía del pico Bazillac.
En verano el sendero que asciende está señalizado con hitos, pero ahora, nevado como está, no se ve ninguno. De todas formas, conociendo el camino, no hay pérdida: se trata de ganar altura por la empinada pala de nieve hasta llegar al tramo rocoso final que antecede a la cima.
A nuestra derecha, la Torre del Marboré.
A las 08:35 llego a este tramo mixto de hielo y roca, y trás trepar por un helado corredor que me hace sudar más de la cuenta, llego a la sencilla trepada final por la cual gano la cima (08:50).
Refugio y cima de Sarradets vistos desde la cima:
Panorámica desde la cima mirando hacia el Taillón.
Saco fotos desde la cima hasta que me quedo sin batería y comienzo el descenso. Por no volver a bajar por esos empinados corredores helados, decido perder altura por la arista que une este pico con la Torre de Marboré, un tramo que ya conozco. Es una zona muy aerea (vemos el fondo del Circo de Gavarnie 1.500 m. por debajo nuestro), pero la roca es bastante compacta.
Voy esquivando las dificultades hasta que finalmente llego a la amplia pala de nieve por la cual he subido. Pierdo altura rapidamente hasta llegar al Collado de los Sarrios y de aquí, bajo a la Cueva de Casteret.
He quedado con Carmina y Marc que vienen desde Góriz a la cueva para fotografiarla y editar posteriormente un libro. Tienen permiso para acceder al interior, ya que, aunque en la entrada no hay ningún cartel de prohibición, si que está prohibido el acceso. Una valla de un metro de altura cierra el paso, aunque es sencillo atravesarla, no hay más que saltarla por encima. Según le comentaron, en invierno los guardas no se suelen acercar, pero en verano, lo hacen frecuentemente.
La primera vez que estuve, en septiembre del 85, un bonito lago helado formaba el suelo de la cueva en la primera sala. Ahora, en pleno abril, este lago no existe y las estalactitas de hielo se derriten como si fuesen cascadas de agua. ¡Como estará en agosto!
Tras tres horas en el interior haciendo un buen trabajo fotográfico, nos despedimos y vuelvo para la brecha a las 14:25. Con nieve este primer tramo es mucho más sencillo que en verano, cuando un amplio pedregal obliga a ganar y perder altura constantemente.
Gano altura hasta llegar a la senda de subida, y vuelvo al Paso de los Sarrios. A diferencia de la mañana, ahora que le está pegando el sol y ha modificado la nieve, el tramo ha cambiado completamente. Lo que antes era una travesía segura, se ha convertido en un paso arriesgado, ya que los crampones apenas agarran en esta nieve tan blanda que se deshace constantemente. Ello unido al agua de deshielo que nos cae de las paredes del Casco, junto a carámbanos de hielo que cuelgan todavía de la pared y que caen de manera esporádica justo encima del sendero de paso, hace que sea recomendable perder altura y evitar este paso por lo menos hasta que se vaya algo más de nieve y caigan todas las estalactitas de hielo, para así ganar la brecha por el fondo del valle, siguiendo las trazas de los esquiadores.
(15:03) Llego a la Brecha. Más de veinte personas se encuentran, o están llegando a ella.
La mayoría esquiadores. Comienzo la bajada sin perder tiempo y a las 15:22 llego al collado de Sarradets, donde paro a comer. La bajada del collado, por la cual en verano cae una cascada y hay cables para pasar más seguro, se encuentra totalmente cubierta por la nieve, al igual que el tramo, que bordeando la cara norte del Taillon nos llevará hasta el Collado de Bujaruelo (16:25). Comienzo la larga bajada que me llevará, por encima de las pistas de la estación de esquí de Gavarnie hasta el parking de la estación (17:26)
13 de abril de 2006
12 de abril de 2006
PICO DE TAILLON POR EL GLACIAR DE GABIETOUS
Ascensión en solitario al Pico de Taillon por la vía del Glaciar de Gabietous desde la Estación de esquí de Gavarnie.
Despues de un viaje con accidente de tráfico incluido, llego a la estación de esquí de Gavarnie a las 12,30 h. La carretera a partir de aquí está cubierta por la nieve, o sea que habrá que remontar hasta el Collado de Bujaruelo por las pistas de esquí.
Despues de almorzar y calzarme las raquetas, a las 13 h comienzo la ascensión (1850 m). Es tarde, pero el día está espléndido y no hay riesgo de que se estropee.
A un ritmo vivo, a las 14:18 llego al Collado de Bujaruelo (2200). Antes me entretengo en subir a una colina encima del Col de Tentes para sacar una panorámica del circo
Otra panoránica desde el mismo parking.
Tomo el sendero que se dirige hacia la Brecha de Roland bordeando la mole de los Gabietos. Para no tener que retroceder, en cuanto puedo enfilo directamente hacia la base del glaciar. La huella está bien trazada. La pendiente comienza poco a poco a empinarse, y finalmente tengo que cambiar las raquetas por los crampones. La nieve está dura, y se asciende, a pesar de la hora que es, con seguridad. Llego a la base de la cascada (2550).
Este tramo de unos 100 m. de desnivel es el más empinado de la ascensión y tendrá algo más de 50º de inclinación en su parte más vertical. En verano este tramo se asciende trepando por las rocas que quedan a nuestra izquierda. Un vistazo al macizo de Vignemale desde este tramo:
Cuando voy por la mitad, empiezo a ver caer bloques de nieve que poco a poco van a más. Me arrimo todo lo que puedo a la izquierda para esquivarlos. No es normal la forma en como caen, pero al poco tiempo se aclara el misterio:dos cordadas, española y francesa, que venían de escalar la cara oeste del Taillon aparecen por encima mío. Les pego un grito para que me vean, y ya con más cuidado llegan a mi altura. Una corta charla (très tard, me dice el francés. Como si no lo supiese...), y cada uno continua su camino.La nieve está perfecta. Los crampones y el piolet se agarran con fuerza y en estas condiciones la escalada es un placer. Llego a la amplia meseta del glaciar. Tengo la impresionante vertiente Oeste del Taillon enfrente...
Lo atravieso por encima de las grietas que debe de haber en verano. Con esta cantidad de nieve no hay problema. A las 16:12 llego a la base de la siguiente dificultad (2810), lo que en verano es una empinada chimenea, y que ahora es una canal de nieve menos empinada que la anterior.
Una vez ascendido, el recorrido es evidente hasta el collado. Se trata de una travesía en diagonal expuesta por encima de un cortado.
Tengo el Gabieto Oriental justo encima de la cabeza.
Sin más problemas, llego finalmente al collado (16:40) (2940). Un vistazo al recorrido por donde he subido:
y otro al Gabieto Oriental. Lo dejaremos para otra vez...
Tras descansar de la gran paliza que me estoy pegando, enfilo el último tramo hasta llegar a la arista SO.
Este es evidente, está bien pisado (en verano recuerdo que había hitos de piedra, pero no veo ninguno). De vez en cuando el sendero asciende por roca, por lo que habrá que volver a afilar los crampones. Por fin, a las 17:07 (3065) llego a la arista. De repente, todo el macizo del Monte Perdido y Ordesa aparecen delante mío, lo que unido al día tan limpio que hace, hace que no pare de sacar panorámicas. Un vistazo al macizo del Monte Perdido:
Sólo me resta una última subida, lo que despues de lo que he pasado, hace que sea un sencillo paseo.
Cima del Taillon (17:24).
Más fotos. No se ve a nadie en toda la zona (quien va a estar a estas horas) y tras un merecido descanso al sol comienzo la bajada hacia el Refugio de Serradets siguiendo la vía normal por la Brecha de Roland. Un vistazo hacia la cima:
Bonito panorama...
El Dedo está precioso, y nevado como está, es más sencillo de atravesar por su vertiente sur.
El Casco de Marboré. Mañana iré a por tí...
Los vivacs están ya limpios de nieve.
Un mar de nubes oculta el Circo de Gavarnie.
Sólo sobresale el Pic de Serradets.
Menos mal que no hay pérdida hasta el refugio.
18:50. Todo el refugio para una pareja de esquiadores franceses y para mí.
Por aquí he bajado...
Antes de meternos al saco, el cielo nos brinda este maravilloso atardecer:
Croquis del recorrido:
Datos del GPS:
Distancia: 9,1 km
Desnivel acumulado: 1344 m
Dificultad: La vía está catalogada como PD (it. 204 Guía Olivier) y básicamente los dos puntos problemáticos son las dos canales de nieve. Las subidas por ellas no tenían tramos rocosos ese día, por lo que una caída significaría caer rodando limpiamente por la pendiente sin riesgo a golpearse contra ninguna roca. La travesía en diagonal, por el contrario, si que tiene peligro, ya que una caída significa despeñarse por los cortados que hay por debajo suyo.
Es en definitiva, una vía solitaria para ascender al pico de Taillon evitando la saturada vía normal de la Brecha, o las de Ordesa, y para montañeros que estén acostumbrados a andar en este tipo de terrenos.
Despues de un viaje con accidente de tráfico incluido, llego a la estación de esquí de Gavarnie a las 12,30 h. La carretera a partir de aquí está cubierta por la nieve, o sea que habrá que remontar hasta el Collado de Bujaruelo por las pistas de esquí.
Despues de almorzar y calzarme las raquetas, a las 13 h comienzo la ascensión (1850 m). Es tarde, pero el día está espléndido y no hay riesgo de que se estropee.
A un ritmo vivo, a las 14:18 llego al Collado de Bujaruelo (2200). Antes me entretengo en subir a una colina encima del Col de Tentes para sacar una panorámica del circo
Otra panoránica desde el mismo parking.
Tomo el sendero que se dirige hacia la Brecha de Roland bordeando la mole de los Gabietos. Para no tener que retroceder, en cuanto puedo enfilo directamente hacia la base del glaciar. La huella está bien trazada. La pendiente comienza poco a poco a empinarse, y finalmente tengo que cambiar las raquetas por los crampones. La nieve está dura, y se asciende, a pesar de la hora que es, con seguridad. Llego a la base de la cascada (2550).
Este tramo de unos 100 m. de desnivel es el más empinado de la ascensión y tendrá algo más de 50º de inclinación en su parte más vertical. En verano este tramo se asciende trepando por las rocas que quedan a nuestra izquierda. Un vistazo al macizo de Vignemale desde este tramo:
Cuando voy por la mitad, empiezo a ver caer bloques de nieve que poco a poco van a más. Me arrimo todo lo que puedo a la izquierda para esquivarlos. No es normal la forma en como caen, pero al poco tiempo se aclara el misterio:dos cordadas, española y francesa, que venían de escalar la cara oeste del Taillon aparecen por encima mío. Les pego un grito para que me vean, y ya con más cuidado llegan a mi altura. Una corta charla (très tard, me dice el francés. Como si no lo supiese...), y cada uno continua su camino.La nieve está perfecta. Los crampones y el piolet se agarran con fuerza y en estas condiciones la escalada es un placer. Llego a la amplia meseta del glaciar. Tengo la impresionante vertiente Oeste del Taillon enfrente...
Lo atravieso por encima de las grietas que debe de haber en verano. Con esta cantidad de nieve no hay problema. A las 16:12 llego a la base de la siguiente dificultad (2810), lo que en verano es una empinada chimenea, y que ahora es una canal de nieve menos empinada que la anterior.
Una vez ascendido, el recorrido es evidente hasta el collado. Se trata de una travesía en diagonal expuesta por encima de un cortado.
Tengo el Gabieto Oriental justo encima de la cabeza.
Sin más problemas, llego finalmente al collado (16:40) (2940). Un vistazo al recorrido por donde he subido:
y otro al Gabieto Oriental. Lo dejaremos para otra vez...
Tras descansar de la gran paliza que me estoy pegando, enfilo el último tramo hasta llegar a la arista SO.
Este es evidente, está bien pisado (en verano recuerdo que había hitos de piedra, pero no veo ninguno). De vez en cuando el sendero asciende por roca, por lo que habrá que volver a afilar los crampones. Por fin, a las 17:07 (3065) llego a la arista. De repente, todo el macizo del Monte Perdido y Ordesa aparecen delante mío, lo que unido al día tan limpio que hace, hace que no pare de sacar panorámicas. Un vistazo al macizo del Monte Perdido:
Sólo me resta una última subida, lo que despues de lo que he pasado, hace que sea un sencillo paseo.
Cima del Taillon (17:24).
Más fotos. No se ve a nadie en toda la zona (quien va a estar a estas horas) y tras un merecido descanso al sol comienzo la bajada hacia el Refugio de Serradets siguiendo la vía normal por la Brecha de Roland. Un vistazo hacia la cima:
Bonito panorama...
El Dedo está precioso, y nevado como está, es más sencillo de atravesar por su vertiente sur.
El Casco de Marboré. Mañana iré a por tí...
Los vivacs están ya limpios de nieve.
Un mar de nubes oculta el Circo de Gavarnie.
Sólo sobresale el Pic de Serradets.
Menos mal que no hay pérdida hasta el refugio.
18:50. Todo el refugio para una pareja de esquiadores franceses y para mí.
Por aquí he bajado...
Antes de meternos al saco, el cielo nos brinda este maravilloso atardecer:
Croquis del recorrido:
Datos del GPS:
Distancia: 9,1 km
Desnivel acumulado: 1344 m
Dificultad: La vía está catalogada como PD (it. 204 Guía Olivier) y básicamente los dos puntos problemáticos son las dos canales de nieve. Las subidas por ellas no tenían tramos rocosos ese día, por lo que una caída significaría caer rodando limpiamente por la pendiente sin riesgo a golpearse contra ninguna roca. La travesía en diagonal, por el contrario, si que tiene peligro, ya que una caída significa despeñarse por los cortados que hay por debajo suyo.
Es en definitiva, una vía solitaria para ascender al pico de Taillon evitando la saturada vía normal de la Brecha, o las de Ordesa, y para montañeros que estén acostumbrados a andar en este tipo de terrenos.
13 de septiembre de 2005
PICOS DE FORQUETA Y ERISTES
Ascensión en solitario a los Picos de Forqueta, Pico SE de la Forqueta, Eriste Norte, Gran Eriste y Eriste Sur desde el Refugio Ángel Orús-El Forcau.
Continuación de la travesía de los tresmiles de la zona, despues de haber realizado el día anterior el cresterío Espadas-Posets-Bardamina.
La intención original era el haber subido por el Bal de Forcau directamente hacia una brecha situada entre la arista del Pico Llantía y la arista de los Forcau, sin necesidad de ascender estos últimos picos, que ya los tenía ascendidos, además de ser un itinerario más corto, y bajar diréctamente al Ibón Alto de Bagüeña.
Como el día amaneció nublado, era todavía de noche y no se veía ningún sendero desde el Refugio (tal y como había comprobado el primer día), decidí no arriesgar y subir siguiendo la GR-11-2 hasta la Forqueta de Eriste por terreno conocido. La decisión creo que fué acertada, ya que en todo el día no llegué a ver, por estar cubierto, la bajada desde la anteriormente citada brecha.
(06:30) Salgo del Refugio del Forcau todavía bajo las estrellas y alguna nube que cubre el macizo del Posets, siguiendo el sendero del día anterior hasta llegar al desvío (07:22) en que se bifurca la vía normal del Posets por la Canal Fonda y la GR-11-2. Sigo esta última mientras comienza debilmente a nevar (sin llegar a cuajar) mientras atravieso el Ibón de Llardaneta.
Desde este Ibón veo mi primer objetivo: los Picos de la Forqueta.
Ya hace un rato que ha amanecido, y el panorama del día no es nada esperanzador, la mayor parte de las cimas están cubiertas por la niebla. Siguiendo las marcas del GR llego a la base del corredor, por el cual, mediante zig-zags ganamos altura rápidamente hasta llegar a la Forqueta de Eriste (08:08). Al llegar arriba, la niebla inunda todo, no se ve absolutamente nada, y esta va a ser la tónica de la mayor parte de la jornada, pasar en cuestión de minutos de niebla cerrada a despejarse parcialmente, de lluvia o nieve a sol, aunque en ningún momento se llegó a despejar totalmente como para poder ver el recorrido completo.
Del collado comienzo la subida al Forqueta siguiendo la bien señalizada senda al principio hasta llegar a la arista, en la cual, y siempre siguiendo los hitos, vamos esquivando las dificultades que nos van apareciendo por una u otra vertiente. Finalmente, aparezco en la brecha que separa ambas cumbres. Decido subir primeramente la Punta SE, por lo que para evitar un paso aéreo y complicado que tendría que superar siguiendo íntegramente la arista, sigo los hitos que bordean esta por la derecha hasta llegar finalmente a la Forqueta SE (8:32).
Bajo de nuevo a la brecha. De aquí tendría que bajar hacia el Oeste a través de un empinado corredor, pero, aunque veo el comienzo de éste, la continuación es una incognita ya que la niebla me impide ver más allá de 50 metros (esperemos que mejore). Comienzo la fácil trepada que en cuestión de unos pocos minutos me deja en la cima del Forqueta (08:41). Nula visibilidad hacia el Posets.. Entre brumas el Forqueta SE.
Vuelvo a bajar a la brecha mientras veo como la niebla se va despejando, y aunque no llego a ver los Eriste, se ve la bajada completa hasta el Ibón Alto de Bagüeña. Aprovecho la circunstancia y me lanzo rápidamente por el corredor. Para bajarlo el recorrido básico es: seguir recto deslizándose por una canal muy descompuesta. Antes de encajonarse y de empinarse bastante, tirar hacia la izquierda (gran hito) y seguir descendiendo los sucesivos resaltes y corredores siguiendo los bien colocados hitos, hasta llegar finalmente al gran caos de rocas que forma este anfiteatro, sin necesidad de bajar hasta el ibón.
Ahora vamos siguiendo una curva de nivel imaginaria para no perder altura mientras bordeamos el Pico de Millars hasta llegar al corredor que asciende hasta el Collado de Millars. Esta va a ser otra de las tónicas de la jornada; tener que atravesar amplios pedregales que, aunque estables, acaban cansando. El Collado de Millars es un clon del de Eriste, con la diferencia de que apenas está pisado, por lo que no hay sendero; habrá que subirlo poco a poco por la pedriza hasta superarlo (09:40).
La continuación hacia el Pico Beraldi es otra ladera totalmente cubierta de bloques por las cuales hay que subir hasta una especie de antecima. Cuando llego arriba, veo que en realidad es el comienzo de una arista que se dirige hacia la cima (que se dislumbra entre la niebla). Continúo por la aérea arista en algún tramo, hasta llegar a una zona en la cual continuar supondría aumentar considerablemente la dificultad de la ruta, por lo que pienso que me he debido de confundir y que debe de haber alguna ruta alternativa a la arista. Espero que despeje, y veo diez metros por debajo mío y a la izquierda de la arista, un señalizado sendero, hacia el cual destrepo. Sólo resta seguir estos hitos que van bordeando el pico hasta llegar a unos serie de corredores a través de los cuales se asciende a la cima (10:16).
La continuación de la arista completa de los tres picos supone tener que pasar pasos de escalada de 3º grado, por lo que la continuación más sencilla es bajar y subir a cada pico por su vía normal.
Desde el Pico Beraldi y mirando al Ibón Alto de Bagüeña, se comienza a bajar por la arista que tenemos enfrente perdiendo altura siguiendo los hitos hasta llegar a unos 2.850 m (según mi altímetro), en los cuales se encuentra el lugar más sencillo para traspasar esta arista y continuar hacia el Gran Pico de Eriste. Iremos ganando altura pegados a la arista, ya que el terreno es más firme, tomando como referencia una visible brecha que se encuentra entre los dos picos.
Un vistazo al Pico Beraldi mientras atraviesa este inmenso pedregal
Dejo la mochila en la base del pico y comienzo la fácil trepada que a través de corredores al comienzo y por la aérea arista al final me llevarán hasta la cima (11:25).
Desde la cima del Gran Pico de Eriste un vistazo al Eriste S...
y otro al Pico Beraldi.
Vuelvo a bajar. Recojo la mochila y me dirijo hacia el último pico de la jornada. Hay que avanzar hacia el sur bordeando el pico como no, por otro pedregal, tomando como referencia la arista O, en la cual se ve un acceso sencillo para poder salvar este corte. Aparecen unos hitos perféctamente colocados que se dirigen en la dirección correcta, por lo que los sigo. En un momento, se me echa la niebla encima; no veo nada, por lo que tengo que esperar un buen rato bajo la lluvia a que se despeje para poder continuar.
El Eriste Sur visto desde este amplio pedregal:
Cuando despeja, continúo la hilera de hitos y subo finalmente a la arista O a traves de un empinado corredor en el cual hay que apoyarse con las manos. Una vez arriba, dejo la mochila y comenzo a subir por la pedregosa ladera hasta llegar a la cima (12:32). De todos los picos de la jornada, este es el menos aéreo de todos.
Un vistazo a los otros dos picos de Eriste, así como al itinerario recorrido:
Vuelvo al pequeño collado donde dejé la mochila, y tras descansar una vez acabadas las ascensiones me preparo para el largo-larguísimo descenso de casi 2.000 metros de desnivel hasta el pueblo de Eriste.
(13:00) Vuelvo a bajar por el anterior corredor y comenzo el descenso por un terreno de grandes bloques tomando como referencia los Ibones de Bagüeñola. Antes de llegar a ellos, nos encontramos con un corte vertical que se supera tirando hacia nuestra derecha y descendiendo por una pala de hierba al comienzo y roca al final hasta llegar al primero de los lagos.
Dejamos definitivamente atrás el terreno pedregoso y seguimos descendiendo los sucesivos lagos por una mullida hierba hasta llegar al más bonito de todos los ibones: uno con una isla enmedio inconfundible. Aunque hasta ahora hemos podido bajar más o menos por donde queríamos sin seguir un sendero, a partir de ahora la ÚNICA forma de continuar es ceñirse a los hitos y seguirlos escrupulosamente para salvar un cortado (ver fotos) de casi 400 metros por el cual se despeña en una bonita cascada con el agua que baja de este valle.
Bordeamos el Ibón de Bagüeña, el de la isla, por el sur y nos dirigimos hacia la derecha tomando como referencia la arista SO que cae del Pico Forqueta hasta llegar a una pedriza por la cual bajamos, viendo todo el rato, al fondo, el precioso Valle de la Aigüeta de la Bal.
A medida que nos acercamos al corte, las piernas empiezan a temblar y cuando vemos definitivamente por donde hay que bajar, ni te cuento. Se trata de una ladera de unos 45 º de inclinación (si no es más) de hierba alta con alguna roca de vez en cuando y de 300 metros de desnivel, en el cual una persona con vértigo puedo asegurar que no bajaría.
Al ser una amplia ladera toda ella de hierba, no hay posibilidad de asegurar, por lo que hay que estar muy decidido para bajar. Yo personalmente a mi hijos no los bajaba por ahí.
Una opción para evitar este paso, sería desde el Pico Eriste S. bajar por el Ball de Barbarisa hasta la Cabaña de Prats, y desde aquí, siguiendo un fácil sendero llegar hasta el pueblo de Sahún, pero de esta manera nos quedaríamos sin conocer la "Joya de la Corona" de estos tres días: el desconocido Valle de la Aigüeta de la Val.
Bueno sigamos: comenzamos la bajada de la ladera observando que con cuidado es fácil de descender. La hierba va formando pequeños escalones por los cuales vamos bajando poco a poco, tomando como referencia unos escasos hitos que nos van guiando. En un momento dado la pendiente va perdiendo inclinación mientras se tuerce hacia la derecha y, aunque todavía nos quedan más de cien metros de descenso, se puede empezar a respirar tranquilo. El tramo final es una pedriza por la cual podemos ya deslizarnos tranquilamente. Una vez abajo miramos para atrás y realmente impresiona por donde hemos bajado.
Ahora sólo nos resta descender siguiendo el valle hasta llegar al Santuario de Guayén a donde llegaré a las 17:21 siguiendo el sendero PR-HU 51.
Un tramo de 2 km por carretera me llevará al pueblo de Eriste, donde dos jarras de cerveza seguidas y una siesta en el hostal me dejarán casi como nuevo. Al día siguiente vuelta a Donostia en autobús. Hacía más de veinte años que no volvía de este modo del Pirineo... me hizo rejuvenecer.
Continuación de la travesía de los tresmiles de la zona, despues de haber realizado el día anterior el cresterío Espadas-Posets-Bardamina.
La intención original era el haber subido por el Bal de Forcau directamente hacia una brecha situada entre la arista del Pico Llantía y la arista de los Forcau, sin necesidad de ascender estos últimos picos, que ya los tenía ascendidos, además de ser un itinerario más corto, y bajar diréctamente al Ibón Alto de Bagüeña.
Como el día amaneció nublado, era todavía de noche y no se veía ningún sendero desde el Refugio (tal y como había comprobado el primer día), decidí no arriesgar y subir siguiendo la GR-11-2 hasta la Forqueta de Eriste por terreno conocido. La decisión creo que fué acertada, ya que en todo el día no llegué a ver, por estar cubierto, la bajada desde la anteriormente citada brecha.
(06:30) Salgo del Refugio del Forcau todavía bajo las estrellas y alguna nube que cubre el macizo del Posets, siguiendo el sendero del día anterior hasta llegar al desvío (07:22) en que se bifurca la vía normal del Posets por la Canal Fonda y la GR-11-2. Sigo esta última mientras comienza debilmente a nevar (sin llegar a cuajar) mientras atravieso el Ibón de Llardaneta.
Desde este Ibón veo mi primer objetivo: los Picos de la Forqueta.
Ya hace un rato que ha amanecido, y el panorama del día no es nada esperanzador, la mayor parte de las cimas están cubiertas por la niebla. Siguiendo las marcas del GR llego a la base del corredor, por el cual, mediante zig-zags ganamos altura rápidamente hasta llegar a la Forqueta de Eriste (08:08). Al llegar arriba, la niebla inunda todo, no se ve absolutamente nada, y esta va a ser la tónica de la mayor parte de la jornada, pasar en cuestión de minutos de niebla cerrada a despejarse parcialmente, de lluvia o nieve a sol, aunque en ningún momento se llegó a despejar totalmente como para poder ver el recorrido completo.
Del collado comienzo la subida al Forqueta siguiendo la bien señalizada senda al principio hasta llegar a la arista, en la cual, y siempre siguiendo los hitos, vamos esquivando las dificultades que nos van apareciendo por una u otra vertiente. Finalmente, aparezco en la brecha que separa ambas cumbres. Decido subir primeramente la Punta SE, por lo que para evitar un paso aéreo y complicado que tendría que superar siguiendo íntegramente la arista, sigo los hitos que bordean esta por la derecha hasta llegar finalmente a la Forqueta SE (8:32).
Bajo de nuevo a la brecha. De aquí tendría que bajar hacia el Oeste a través de un empinado corredor, pero, aunque veo el comienzo de éste, la continuación es una incognita ya que la niebla me impide ver más allá de 50 metros (esperemos que mejore). Comienzo la fácil trepada que en cuestión de unos pocos minutos me deja en la cima del Forqueta (08:41). Nula visibilidad hacia el Posets.. Entre brumas el Forqueta SE.
Vuelvo a bajar a la brecha mientras veo como la niebla se va despejando, y aunque no llego a ver los Eriste, se ve la bajada completa hasta el Ibón Alto de Bagüeña. Aprovecho la circunstancia y me lanzo rápidamente por el corredor. Para bajarlo el recorrido básico es: seguir recto deslizándose por una canal muy descompuesta. Antes de encajonarse y de empinarse bastante, tirar hacia la izquierda (gran hito) y seguir descendiendo los sucesivos resaltes y corredores siguiendo los bien colocados hitos, hasta llegar finalmente al gran caos de rocas que forma este anfiteatro, sin necesidad de bajar hasta el ibón.
Ahora vamos siguiendo una curva de nivel imaginaria para no perder altura mientras bordeamos el Pico de Millars hasta llegar al corredor que asciende hasta el Collado de Millars. Esta va a ser otra de las tónicas de la jornada; tener que atravesar amplios pedregales que, aunque estables, acaban cansando. El Collado de Millars es un clon del de Eriste, con la diferencia de que apenas está pisado, por lo que no hay sendero; habrá que subirlo poco a poco por la pedriza hasta superarlo (09:40).
La continuación hacia el Pico Beraldi es otra ladera totalmente cubierta de bloques por las cuales hay que subir hasta una especie de antecima. Cuando llego arriba, veo que en realidad es el comienzo de una arista que se dirige hacia la cima (que se dislumbra entre la niebla). Continúo por la aérea arista en algún tramo, hasta llegar a una zona en la cual continuar supondría aumentar considerablemente la dificultad de la ruta, por lo que pienso que me he debido de confundir y que debe de haber alguna ruta alternativa a la arista. Espero que despeje, y veo diez metros por debajo mío y a la izquierda de la arista, un señalizado sendero, hacia el cual destrepo. Sólo resta seguir estos hitos que van bordeando el pico hasta llegar a unos serie de corredores a través de los cuales se asciende a la cima (10:16).
La continuación de la arista completa de los tres picos supone tener que pasar pasos de escalada de 3º grado, por lo que la continuación más sencilla es bajar y subir a cada pico por su vía normal.
Desde el Pico Beraldi y mirando al Ibón Alto de Bagüeña, se comienza a bajar por la arista que tenemos enfrente perdiendo altura siguiendo los hitos hasta llegar a unos 2.850 m (según mi altímetro), en los cuales se encuentra el lugar más sencillo para traspasar esta arista y continuar hacia el Gran Pico de Eriste. Iremos ganando altura pegados a la arista, ya que el terreno es más firme, tomando como referencia una visible brecha que se encuentra entre los dos picos.
Un vistazo al Pico Beraldi mientras atraviesa este inmenso pedregal
Dejo la mochila en la base del pico y comienzo la fácil trepada que a través de corredores al comienzo y por la aérea arista al final me llevarán hasta la cima (11:25).
Desde la cima del Gran Pico de Eriste un vistazo al Eriste S...
y otro al Pico Beraldi.
Vuelvo a bajar. Recojo la mochila y me dirijo hacia el último pico de la jornada. Hay que avanzar hacia el sur bordeando el pico como no, por otro pedregal, tomando como referencia la arista O, en la cual se ve un acceso sencillo para poder salvar este corte. Aparecen unos hitos perféctamente colocados que se dirigen en la dirección correcta, por lo que los sigo. En un momento, se me echa la niebla encima; no veo nada, por lo que tengo que esperar un buen rato bajo la lluvia a que se despeje para poder continuar.
El Eriste Sur visto desde este amplio pedregal:
Cuando despeja, continúo la hilera de hitos y subo finalmente a la arista O a traves de un empinado corredor en el cual hay que apoyarse con las manos. Una vez arriba, dejo la mochila y comenzo a subir por la pedregosa ladera hasta llegar a la cima (12:32). De todos los picos de la jornada, este es el menos aéreo de todos.
Un vistazo a los otros dos picos de Eriste, así como al itinerario recorrido:
Vuelvo al pequeño collado donde dejé la mochila, y tras descansar una vez acabadas las ascensiones me preparo para el largo-larguísimo descenso de casi 2.000 metros de desnivel hasta el pueblo de Eriste.
(13:00) Vuelvo a bajar por el anterior corredor y comenzo el descenso por un terreno de grandes bloques tomando como referencia los Ibones de Bagüeñola. Antes de llegar a ellos, nos encontramos con un corte vertical que se supera tirando hacia nuestra derecha y descendiendo por una pala de hierba al comienzo y roca al final hasta llegar al primero de los lagos.
Dejamos definitivamente atrás el terreno pedregoso y seguimos descendiendo los sucesivos lagos por una mullida hierba hasta llegar al más bonito de todos los ibones: uno con una isla enmedio inconfundible. Aunque hasta ahora hemos podido bajar más o menos por donde queríamos sin seguir un sendero, a partir de ahora la ÚNICA forma de continuar es ceñirse a los hitos y seguirlos escrupulosamente para salvar un cortado (ver fotos) de casi 400 metros por el cual se despeña en una bonita cascada con el agua que baja de este valle.
Bordeamos el Ibón de Bagüeña, el de la isla, por el sur y nos dirigimos hacia la derecha tomando como referencia la arista SO que cae del Pico Forqueta hasta llegar a una pedriza por la cual bajamos, viendo todo el rato, al fondo, el precioso Valle de la Aigüeta de la Bal.
A medida que nos acercamos al corte, las piernas empiezan a temblar y cuando vemos definitivamente por donde hay que bajar, ni te cuento. Se trata de una ladera de unos 45 º de inclinación (si no es más) de hierba alta con alguna roca de vez en cuando y de 300 metros de desnivel, en el cual una persona con vértigo puedo asegurar que no bajaría.
Al ser una amplia ladera toda ella de hierba, no hay posibilidad de asegurar, por lo que hay que estar muy decidido para bajar. Yo personalmente a mi hijos no los bajaba por ahí.
Una opción para evitar este paso, sería desde el Pico Eriste S. bajar por el Ball de Barbarisa hasta la Cabaña de Prats, y desde aquí, siguiendo un fácil sendero llegar hasta el pueblo de Sahún, pero de esta manera nos quedaríamos sin conocer la "Joya de la Corona" de estos tres días: el desconocido Valle de la Aigüeta de la Val.
Bueno sigamos: comenzamos la bajada de la ladera observando que con cuidado es fácil de descender. La hierba va formando pequeños escalones por los cuales vamos bajando poco a poco, tomando como referencia unos escasos hitos que nos van guiando. En un momento dado la pendiente va perdiendo inclinación mientras se tuerce hacia la derecha y, aunque todavía nos quedan más de cien metros de descenso, se puede empezar a respirar tranquilo. El tramo final es una pedriza por la cual podemos ya deslizarnos tranquilamente. Una vez abajo miramos para atrás y realmente impresiona por donde hemos bajado.
Ahora sólo nos resta descender siguiendo el valle hasta llegar al Santuario de Guayén a donde llegaré a las 17:21 siguiendo el sendero PR-HU 51.
Un tramo de 2 km por carretera me llevará al pueblo de Eriste, donde dos jarras de cerveza seguidas y una siesta en el hostal me dejarán casi como nuevo. Al día siguiente vuelta a Donostia en autobús. Hacía más de veinte años que no volvía de este modo del Pirineo... me hizo rejuvenecer.
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